Economía
Transporte

Carmena obliga a los VTC a recorrer 500 metros para coger clientes sin pensar en la contaminación

El presidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido ofrece 300 metros mínimo para la Comunidad de Madrid.

El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han hecho una propuesta a las asociaciones de taxistas para controlar a las licencias VTC, pero lo han hecho de forma totalmente diferente al decreto que prepara la Generalitat de Cataluña. Si en Barcelona se busca controlar a Uber y Cabify poniéndoles 15 minutos de precontratación mínima, el consistorio de Manuela Carmena  opta por exigirles un mínimo de 500 metros que tendrán que recorrer para llegar a su cliente, si están en el ayuntamiento de Madrid, mientras que en el resto de la Comunidad Ángel Garrido ha establecido un mínimo de 300 metros.

De esta forma, la medida actúa en contra a los más elementales criterios medioambientales, a falta de conocer más en profundidad los detalles de la misma. Pero en principio, si un vehículo VTC está situado a escasos metros de su potencial cliente, no podrá contratar un viaje con él y tendrá que ser otro coche VTC que esté más lejos el que venga a recogerlo.

Los taxistas han recibido estas propuestas entre otras en una reunión en la Comunidad de Madrid que empezó a las 13.30 horas CET.

Más medidas

Entre otras medidas, también se ha incluido que el 50% de la flota libre el sábado y el domingo, de este modo, se equipararía a lo que tienen los taxis.

Estas propuestas difieren de las anunciadas en Cataluña, donde el establecimiento de un tiempo límite para contratar un vehículo que opere con licencia VTC va a suponer el fin de las operaciones de Uber y Cabify en Cataluña, según han amenazado desde Unauto.

Despidos en Barcelona

Por otra parte, las empresas que ofrecen servicio de conducción con licencias VTC en Barcelona se han puesto a trabajar ya en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) con los que despedirán a cerca de 4.000 trabajadores en Barcelona, según confirman a OKDIARIO fuentes de estas compañías.

Se trata de empleados en nómina, dados de alta en la Seguridad Social, puesto que, a diferencia de lo que ocurre en el gremio del taxi (donde la mayoría son autónomos), en este caso, son conductores que trabajan para empresas en prácticamente la totalidad de los casos. De hecho, para poner en marcha un servicio de VTC (vehículos de transporte con conductor) la legislación obliga a tener un mínimo de siete coches.