BBVA reconoce que no tiene asegurado el éxito de la OPA y que la estrategia de Sabadell le hace daño
El BBVA ha vuelto a pegarse un tiro en el pie en la OPA sobre el Banco Sabadell. El pasado jueves a última hora anunció que reduce el umbral de aceptación para que la oferta tenga éxito a hacerse con la mayoría de los derechos de voto para excluir la autocartera del Sabadell, algo que vendió como una mayor probabilidad de éxito. Pero la realidad es que esta medida reconoce que el BBVA no tiene asegurada su victoria y que la política de remuneración al accionista del banco catalán le está haciendo mucho daño.
El discurso del BBVA es que, con esta modificación -que reduce el umbral de éxito del 50,01% al 49,26% del capital-, le será algo más fácil hacerse con el Sabadell (si las cifras de aceptación y rechazo de la OPA están my ajustadas) y que impedirá que el Sabadell juegue con la autocartera -recomprando acciones- para evitar dicho éxito.
Ambas cosas son ciertas, pero también lo es que en todas las OPA (y más si son hostiles como ésta) siempre se incluye esta salvaguarda; es decir, el BBVA debería haber condicionado desde el principio la oferta a los derechos de voto y ahora está corrigiendo su error siete meses después a petición de la CNMV. Algo que, para la firma de análisis RBC, era «una chapuza, bien de los abogados del banco, bien de sus gestores».
Pero más allá, lo más relevante es que el BBVA está reconociendo implícitamente dos cosas. La primera es que estas recompras de acciones con las que el Sabadell complementa el dividendo le están haciendo mucho daño de cara al éxito de la OPA: hacen más atractivo para el accionista seguir en el Sabadell en solitario que pasar a ser accionistas del BBVA.
El banco que preside Josep Oliu ya utilizaba esta práctica antes de la OPA, pero a raíz de la misma ha elevado la retribución al accionista para defenderse. Como informó OKDIARIO ya en julio, el Sabadell elevará aún más esta remuneración el próximo año, por encima de los 2.900 millones a que ha subido ya esa cifra.
La cantidad dependerá del exceso de capital que registre sobre el 13%, el mínimo que se ha impuesto a sí mismo para mantener una solvencia holgada. A ello ayudará además la sentencia de Reino Unido por la que Cerberus indemnizará con 400 millones a la entidad.
No cuenta con la mayoría
El segundo elemento que reconoce implícitamente el banco que preside Carlos Torres es que no tiene asegurado el apoyo de la mayoría de los accionistas del Sabadell, como aseguró poco después de anunciar la OPA. De hecho, el Sabadell ha pedido formalmente a la CNMV que obligue al BBVA a identificar a los accionistas que se han comprometido a acudir a la oferta, pero el supervisor no ha atendido su requerimiento.
«Si necesitas bajar en 0,7 puntos el umbral de éxito de la OPA, es que no tienes nada claro que vaya a ir la mayoría del capital», opina un profesional del mercado.
Asimismo, una fuente del BBVA reconoció ayer al diario Expansión que los accionistas no tomarán una decisión sobre acudir o no a la OPA hasta que se abra el período de aceptación, en flagrante contradicción con el discurso que mantenía el banco hasta ahora. Dicho período de aceptación probablemente no comience hasta el próximo trimestre, una vez que la CNMC (la autoridad de Competencia) se pronuncie sobre la operación.
Subir el precio
Por último, el movimiento de ayer sí tiene una virtualidad para el BBVA: podrá mejorar el precio de la OPA sin necesidad de convocar una nueva junta de accionistas, ya que tendría que emitir un menor número de acciones para el canje.
En la junta extraordinaria del pasado 5 de julio, los accionistas del BBVA autorizaron al consejo la emisión y puesta en circulación de hasta 1.126,34 millones de acciones para atender a la oferta sobre el Sabadell.