Economía

Banco de España alerta de que la crisis de suministros puede reducir el crecimiento del PIB en 2021

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Banco de España.

El Banco de España estima que las disrupciones en las cadenas globales de suministros podrían provocar una reducción en la tasa de crecimiento del PIB español de entre dos y tres décimas en 2021, y de entre cinco y nueve décimas en 2022, un efecto en el que tendrían un papel destacado los efectos arrastre internacionales.

Así lo recoge un recuadro que ha anticipado el Informe Trimestral de la Economía Española del cuarto trimestre de 2021, en el que ofrece una primera valoración cuantitativa del impacto que los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro podrían suponer, en el caso de persistir, sobre la actividad económica española en los próximos trimestres.

Una situación que enfría todavía más la previsiones del Ejecutivo socialista. La OCDE se sumaba a los 27 organismos nacionales e internacionales que ya han tumbado las cuentas fake de Pedro Sánchez para este año y para el próximo, mientras el Gobierno mantiene intactas sus previsiones enviadas a Bruselas en octubre6,5% de crecimiento del PIB para este año y 7% para el próximo. Frente al inmovilismo del Gobierno -que espera una revisión al alza por parte del INE del PIB del tercer trimestre-, la OCDE ha rebajado en apenas dos meses su previsión de crecimiento para España para este año en dos puntos: del 6,8% del 29 de septiembre al 4,5% de este miércoles.

Según ese recuadro, la mayor parte del efecto adverso sobre el PIB español de esos cuellos de botella estaría asociada al impacto negativo sobre el sector del automóvil, por el elevado peso y relevancia que tiene ese sector en la economía española. Asimismo, el estudio del Banco de España señala que las ramas de las manufacturas que se encuentran más tensionadas por estos desajustes son aquellas que, desde una perspectiva histórica, presentan niveles muy reducidos de inventarios de bienes finales y declaran estar experimentando una escasez relativamente importante de suministros.

Entre estas ramas, destacan las de fabricación de vehículos de motor, caucho y plásticos, papel, material y equipo eléctrico, informática y electrónica, y productos metálicos. Por sectores, el impacto varía y en el caso de los vehículos a motor el informe refleja la diferencia entre las previsiones medias de producción global de vehículos en el mundo para 2021 y 2022 de IHS Markit que efectuó en el primer semestre de 2021 con las que hizo en octubre de 2021.

La comparación arroja una caída del 9% en el segundo semestre de 2021 y de un 7 % en 2022, un impacto negativo que se reparte en las principales economías avanzadas según su cuota de producción. En el caso del resto de los sectores, se han medido los impactos a partir de la relación que históricamente se ha observado entre la producción industrial y el grado de disponibilidad o escasez de materiales y/o equipos en esas ramas de actividad.

Dicha relación apunta a que, en promedio, un incremento de un punto porcentual en el indicador de escasez de material y/o equipos en uno de estos sectores se traduce en una caída de su producción de aproximadamente 2,3 puntos porcentuales tras tres o cuatro trimestres. Según el Banco de España, en el contexto actual eso implica unos impactos globales negativos a la actividad de estos sectores que varían entre un 5% y un 6% de la producción proyectada en ausencia de perturbaciones.

Se mantendrá durante gran parte del 2022

En cuanto a la duración de las perturbaciones, los impactos se mantendrán fundamentalmente durante el cuarto trimestre de 2021 y los tres primeros trimestres de 2022. Los cuellos de botella en las cadenas de suministros han tenido una incidencia especialmente importante en aquellas industrias situadas en las partes más altas de la cadena de valor, es decir, en aquellas que suministran bienes que son empleados por otras industrias, según el recuadro del Banco de España.

Por eso, los fuertes desajustes entre oferta y demanda que se han venido registrando recientemente en la industria de semiconductores y circuitos integrados han tenido un impacto negativo muy significativo en el sector del automóvil, donde muchos fabricantes se han visto obligados a paralizar o a recortar sus planes de producción.

Asimismo, las tensiones observadas en diversos mercados energéticos y de materias primas también han repercutido negativamente en numerosos sectores industriales, como los intensivos en el uso de gas natural (producción de fertilizantes y plásticos) o de magnesio, material utilizado para producir aleaciones de aluminio

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