Economía

La banca también puede ser sostenible

ABANCA contribuye al desarrollo sostenible con numerosas iniciativas enfocadas a posicionarse como un agente impulsor de la transformación del sistema económico, a reducir la huella medioambiental y a proteger el patrimonio natural

Los objetivos medioambientales, energéticos y climáticos que se ha marcado Europa para 2050 han cambiado completamente el escenario para todas las empresas y todos los sectores, incluido el bancario. El sector financiero, de hecho, desempeña un papel fundamental en este proceso de transición, tanto por su exposición al riesgo climático, como por su labor a la hora de canalizar inversiones hacia las renovables.

Es, por tanto, hora de contribuir al desarrollo sostenible y en ABANCA lo tienen claro. Además de regirse por un modelo de banca responsable y sostenible, contribuyen de manera activa al desarrollo social y a la protección medioambiental con numerosas iniciativas, tanto internas como externas, que colocan a la entidad como referente en financiación de renovables y promotora de proyectos de recuperación medioambiental.

Un plan de acción para ser sostenible

Durante 2023, ABANCA ha avanzado significativamente en su Plan de Acción de Banca Responsable y Sostenible 2021-2024, que recoge la hoja de ruta y los objetivos marcados en materia de sostenibilidad. De hecho, una de esas metas es alcanzar la neutralidad en carbono en 2024 en su huella operativa, un objetivo que han podido cumplir en 2020, mucho antes del plazo previsto, y que da muestra de la preocupación de la entidad poraportar su granito de arena a la emergencia climática que vivimos.

En esta línea, ABANCA ha puesto en marcha también diferentes iniciativas que tienen como objetivo contribuir a paliar los efectos del cambio climático y proteger la biodiversidad del planeta. Entre ellas, alcanzar las cero emisiones netas atribuibles a su cartera en 2050, y, en 2030, dejar de financiar el carbón y reducir la intensidad de emisión de carbono de su cartera crediticia en un 37% en aviación, un 25% en la producción de acero, un 20% en la producción de cemento, un 30% en el sector de combustibles fósiles, un 25% en producción de automóviles y un 20% en producción de aluminio.

Además, desde el año 2020, toda la energía que consume la entidad es renovable, y ha apoyado proyectos de reforestación en Galicia, que suponen la plantación de casi medio millón de árboles, para compensar su huella de carbono. En 2023 el banco lanzó un proyecto de implantación de energía renovable en A Coruña con el fin de incrementar la producción de energía fotovoltaica para autoconsumo.

La actuación incluyó la instalación de placas solares en las cubiertas de cinco naves de ABANCA en el Polígono de Pocomaco. La energía producida se reparte entre ocho centros del banco y permite compensar 414.671,11 kWh anuales de consumo, que equivalen a la demanda de electricidad de 35 oficinas durante todo el año.

Fomentar las energías renovables

Dentro de este proceso, la entidad creó el año pasado ABANCA Energy, una unidad especializada enfocada a fomentar el abandono de las energías basadas en los combustibles fósiles y sustituirlas por energías renovables. Para ello se ha activado una línea de financiación para proyectos de generación, distribución, comercialización y consumo de energía verde, tanto de familias como de empresas.

ABANCA Energy aglutina el conocimiento de profesionales y equipos de diferentes áreas del banco, y pone a disposición de los clientes los más de 20 años de experiencia que acumula la entidad en el ámbito de las renovables, lo que le ha colocado como financiador de referencia en el sector.

Apoyo a las empresas gallegas

En este sentido, también, el banco suscribió el año pasado un acuerdo con la Confederación de Empresarios de Galicia para apoyar a las empresas gallegas en el desarrollo de sus proyectos de transición energética y fomentar el uso de fuentes de energía renovables entre el tejido empresarial gallego.

Esta iniciativa dispone de una dotación para financiación de 600 millones de euros, y pone a disposición de las empresas que lo necesiten la posibilidad de crear equipos de trabajo bilaterales formados por especialistas en transición energética, a través de la unidad ABANCA Energy.

Reducir la huella medioambiental

Otro pilar del plan de acción de ABANCA es la reducción de los residuos generados en el desarrollo de su actividad. Para ello puso en marcha en 2020 el proyecto Residuo Cero, por el cual cuatro de sus sedes corporativas, Rúa Nueva 30 y ABANCA Seguros, en A Coruña, y Recoletos 4 y Espacio Serrano 45, en Madrid, han obtenido y renovado anualmente el certificado Residuo Cero de AENOR por su compromiso con la sostenibilidad y el consumo responsable de recursos.

Cinco sedes de la entidad en A Coruña, Vigo y Madrid cuentan con compostadores que convierten en abono los desechos orgánicos. Desde que se inició el proyecto se han reciclado más de 98 toneladas de residuos y se han generado 2,9 toneladas de compost orgánico.  Cuenta en total con 10 edificios con el protocolo de gestión de residuos del Proyecto Residuo Cero en los que se gestionan y valorizan los residuos.

Asimismo, y dentro del compromiso medioambiental contraído por la entidad, se ha sustituido el plástico de las tarjetas por PVC reciclado y PVC con compensación de huella de carbono.

Conservar el medioambiente es tarea de todos

Dentro del plan de protección y conservación del medio ambiente que impulsa la Obra Social ABANCA, destaca el Plan de Conservación Territorial PLANCTON, centrado en la limpieza y conservación del fondo marino y espacios costeros de especial interés. Gracias a esta iniciativa se han conseguido retirar más de 45 toneladas de desechos, principalmente en la costa gallega, pero también en zonas de País Vasco. Existe además un programa de voluntariado para la conservación del entorno natural llamado Trabajando por la mejora del patrimonio natural, para proteger la biodiversidad de espacios naturales de alto valor ecológico.

Entre estos dos programas se han llevado a cabo más de 20 acciones de conservación y protección del medio ambiente, que han contado con la participación de otros colectivos, como centros educativos, espacios de mayores o trabajadores y trabajadoras del sector del mar.

A estos dos proyectos, se une también Redes Vivas, una iniciativa para recuperar redes de pesca abandonadas en espacios costeros de Galicia (se han recogido más de 1.900 kilos) y reutilizarlas en campos deportivos.