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El aviso de la OCU sobre el aire acondicionado que puede cambiar tu verano: te va a salvar

Aire acondicionado y OCU
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando llega el calor, buscamos mantener nuestro hogar fresco, pero ese alivio suele venir acompañado de una preocupación recurrente: el temido aumento en la factura de la luz. El uso constante del aire acondicionado durante los meses más calurosos del año puede disparar el consumo, generando una tensión en la economía doméstica. Afortunadamente, existen formas eficaces de mitigar este impacto sin renunciar al bienestar. La OCU nos recuerda que el ahorro no sólo pasa por usar de forma eficiente el aire acondicionado, sino también por entender la tarifa que tenemos contratada y ajustar adecuadamente la potencia.

Muchas personas desconocen que este parámetro, aparentemente técnico y poco visible, representa un coste fijo en cada factura, independientemente del consumo real. En palabras sencillas, la potencia contratada es el límite de energía eléctrica que puedes utilizar al mismo tiempo en tu vivienda. Se mide en kilovatios (kW) y determina cuántos aparatos puedes tener funcionando de forma simultánea. Si te excedes de ese límite, el Interruptor de Control de Potencia (ICP) actúa cortando el suministro temporalmente. Este dato figura como un coste fijo en la factura de la luz, lo uses o no, por lo que tener más potencia de la necesaria implica pagar de más cada mes.

La advertencia de la OCU sobre el aire acondicionado

La OCU insiste en que revisar la potencia contratada es una de las formas más efectivas de ahorrar en la factura de la luz. Muchos consumidores pagan por una potencia que no utilizan, simplemente por desconocimiento. La clave está en analizar cuál es tu consumo real, especialmente durante los momentos de mayor demanda: por ejemplo, cuando están funcionando el aire acondicionado, la lavadora y el horno al mismo tiempo.

Para saber qué potencia deberías tener contratada, lo primero es identificar los electrodomésticos que más consumen y podrías estar usando de manera simultánea. No se trata de sumar la potencia de todos los aparatos de la casa, sino sólo de aquellos que podrían funcionar a la vez: la vitrocerámica, el horno, la lavadora, el aire acondicionado, entre otros.

Puedes consultar las etiquetas energéticas de los aparatos para conocer su potencia en vatios (W), y luego hacer la suma aproximada. También existen herramientas online que ofrecen las compañías eléctricas y entidades independientes que, mediante preguntas sobre el equipamiento del hogar y hábitos de consumo, te orientan sobre la potencia más adecuada.

Los contadores modernos registran con gran precisión el consumo eléctrico en intervalos horarios. Gracias a esta tecnología, puedes acceder a tus datos reales de consumo y conocer exactamente cuál ha sido tu demanda máxima en los últimos meses. Esto te permite tomar decisiones informadas antes de solicitar un cambio en la potencia contratada.

Con estos datos, puedes ver si la potencia actual está justificada o si, por el contrario, podrías ajustarla a la baja sin riesgo de que el ICP salte. Eso sí, siempre se recomienda dejar un pequeño margen de seguridad para imprevistos, pero sin caer en el exceso de contratar varios kilovatios «por si acaso».

Si decides que puedes bajar la potencia contratada, el proceso para hacerlo es bastante sencillo. Sólo necesitas ponerte en contacto con tu comercializadora de, ya sea por teléfono, internet o de forma presencial, y solicitar el cambio. Te pedirán algunos datos personales, como tu DNI y el CUPS (Código Universal del Punto de Suministro), que puedes encontrar en cualquier factura.

Es importante saber que reducir la potencia tiene un pequeño coste por los llamados «derechos de enganche», que ronda los 11 euros con impuestos incluidos. Sin embargo, este gasto se recupera rápidamente con el ahorro mensual que obtendrás. Eso sí, ten en cuenta que, por normativa, sólo puedes modificar la potencia una vez al año, por lo que es fundamental que el nuevo valor esté bien calculado.

Cada kilovatio de potencia que reduzcas supone un ahorro directo en la parte fija de tu factura. En términos generales, se estima que cada kW menos representa entre 40 y 60 euros de ahorro anual, dependiendo de la tarifa. Por ejemplo, si pasas de 5,75 kW a 4,6 kW, el ahorro anual puede rondar los 60-70 euros. Y si logras ajustar hasta los 4 kW, el ahorro podría superar los 80 euros anuales.

Consejos adicionales

Ahorrar en el uso del aire acondicionado no sólo reduce el consumo energético, sino que también disminuye el impacto ambiental, tal y como señala la OCU. Para lograrlo, es fundamental mantener una temperatura adecuada, idealmente entre 24 °C y 26 °C. Además, es recomendable usar el modo ecológico, y mantener puertas y ventanas cerradas para evitar que el aire frío se escape.

El mantenimiento regular del aire acondicionado es clave para su eficiencia. Limpiar o cambiar los filtros cada mes durante los meses de uso intensivo mejora el rendimiento y reduce el consumo. Finalmente, evitar el uso de electrodomésticos que generen calor en las horas más calurosas también contribuye a mantener el ambiente fresco sin sobrecargar el sistema.

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