La feria se celebra del 28 de febrero al 3 de marzo

La asistencia al Mobile World Congress aún estará lejos de la de 2019 y no se prevén grandes lanzamientos

Mobile World Congress
Mobile World Congress.

Hace casi dos años, cuando España aún veía con incredulidad por televisor los estragos que estaba causando la pandemia del coronavirus en la remota China e incluso en la vecina Italia, la cancelación del Mobile World Congress (MWC) fue quizá el aviso más claro de lo que se venía encima, pese a que por entonces Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, pronosticara que no habría en España más de uno o dos casos.

Se trataba de un acontecimiento de gran repercusión internacional que se venía celebrando anualmente en Barcelona, con gran impacto económico y en el que se solían presentar productos estrella aprovechando la percha de la feria tecnológica más importante del mundo. Se fueron cayendo del cartel grandes empresas como LG, AT&T, Vodafone, Deutsche Telekom, Intel o Facebook, mientras el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía en que no había «ninguna razón de salud pública para adoptar medida alguna respecto a cualquier evento previsto en Barcelona, Cataluña o España». Al final, pesaron más las decisiones empresariales de no acudir al MWC por prudencia que las propias recomendaciones oficiales de las autoridades competentes.

Al año siguiente se celebró en junio, más tarde de lo habitual, contando con la asistencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del rey Felipe VI, pero con menos participantes que en ediciones anteriores y con más medidas de seguridad. Este año parece que la cita, que tendrá lugar del 28 de febrero al 3 de marzo, estará más animada porque contará con más asistentes, pero, debido a las restricciones que siguen afectando a los viajes internacionales, aún será una versión descafeinada del evento al que estábamos acostumbrados: un escenario inmejorable para hacer negocios gracias a su perfil institucional y el mayor escaparate mundial para proveedores.

La sensación del sector es que se notará cierta recuperación, aunque es probable que la tendencia de normalidad se verá realmente en los próximos años. «Anuncios de grandes lanzamientos, como tal, habrá pocos, pero bueno, la gente tiene ganas de volver y de verse las caras por allí», comentan fuentes de esta industria. Y aunque aún no creen que se parezca al certamen de antes de la pandemia, sí que servirá de foro para celebrar reuniones con el fin de encontrar potenciales clientes para el catálogo comercial de las compañías.

El triple de asistencia que en 2021

En total, se espera que acudan en torno a 60.000 asistentes de 2.000 empresas y 150 países, el triple que el año pasado, aunque todavía ostensiblemente por debajo de la cifra que se registró en 2019, antes de la irrupción del virus, de en torno a 100.000 personas. Eso sí, en esta ocasión estará presente la mayoría de las firmas tecnológicas y se organizarán viajes con periodistas a Barcelona para que puedan visitar los 1.500 expositores de la feria y cubran ruedas de prensa, cosa que no ocurrió el año pasado.

En el MWC se abordarán los temas candentes del sector de la tecnología, como el 5G, el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial, las empresas ‘fintech’ o la nube. No obstante, no se contemplan actos multitudinarios, respetando las limitaciones de aforo establecidas por la organización, todo con mucha precaución. «Hay un optimismo moderado», resumen las fuentes.

La incertidumbre sobre si finalmente se celebraría el MWC ha mantenido en un compás de espera a las compañías participantes, que han tenido que acelerar los trabajos una vez que se ha encendido la luz verde. «La logística empezaba a prepararse en diciembre, con dos meses de antelación. Ahora se ha tenido que hacer en 15 días porque hasta hace poco no se sabía si se iba a celebrar», afirman fuentes del sector, que cuentan que conseguir restaurantes y hoteles para grupos en tan poco margen de tiempo ha sido una odisea.

Esta edición tiene un especial significado para Telefónica, dado que su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, ha sido elegido recientemente nuevo presidente del consejo de GSMA, la patronal de la industria móvil y organizadora del evento. «Es especial porque es la primera vez que una compañía española ocupa la presidencia de la GSMA», comenta un portavoz de la operadora. «Es una dosis de responsabilidad y de ilusión mayor», añade.

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