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La apuesta por las renovables de Sánchez depende de China: tiene el monopolio de las materias primas

China refina más del 60% del litio mundial, procesa el 65% del cobalto y controla hasta el 90% de tierras raras

El Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho de la transición a energías renovables uno de los pilares fundamentales de su política económica y medioambiental. Y, si bien el Ejecutivo español no deja de anunciar avances en energías verdes y en la reducción de vehículos de combustión, las materias primas esenciales para este proceso de transformación, como las tierras raras, el litio, el cobalto, o las baterías se localizan casi exclusivamente en China.

Como es bien sabido, la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022 desencadenó una crisis energética sin precedentes. Ésta dejó expuesta la vulnerabilidad del modelo energético europeo en general y del español en particular, pues ambos sufren una peligrosa dependencia del gas ruso.

El encarecimiento del gas natural a causa del conflicto afectó significativamente al precio de la electricidad y disparó la inflación en España. Así, la necesidad de encontrar alternativas, forzó al Gobierno de Sánchez a modificar su estrategia energética.

Ante este panorama, el Gobierno socialista, lejos de dejar a un lado su discurso sobre la transición ecológica y centrarse en buscar alternativas energéticas, verdes o no, que dieran un respiro a las familias españolas, reforzó su discurso sobre las renovables.

Las renovables de Sánchez

De hecho, desde entonces, Sánchez ha hecho de la denominada Autonomía Estratégica en energías un eje fundamental de su política, tal y como indicó en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2021-2030). Sin embargo, el Gobierno ha evitado profundizar públicamente en el origen de los materiales esenciales para esa transformación.

En este sentido llaman la atención los cambios de opinión de la ex ministra Teresa Ribera, quien, cuando dirigía el Ministerio para la Transición Ecológica en el Ejecutivo socialista, impidió la explotación de tierras raras, un material que es necesario para el desarrollo de las renovables. Y ahora, como vicepresidenta de la Comisión Europea, promueve un plan para acceder a materiales raros y reducir la dependencia energética de Europa.

Pese a todo, la transición a energías renovables y la independencia energética en la que el Gobierno está poniendo todos sus esfuerzos no será posible si no se resuelve una cuestión fundamental: la transición depende de materias primas que, en su mayoría, controla China.

Paneles solares.

En concreto, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), China es responsable del refinamiento de más del 60% del litio mundial, procesa el 65% del cobalto, controla entre el 70% y el 90% de tierras raras, y produce más del 80% de los paneles solares a nivel mundial.

De esta manera, la transición a energías limpias no asegura una menor dependencia externa. Porque si bien España avanza en el desarrollo de energías renovables, con un 56,8% de generación eléctrica renovable en 2024, según datos oficiales de la Red Eléctrica de España (REE), sigue careciendo de la industria necesaria para procesar ciertos minerales o fabricar baterías y semiconductores en grandes cantidades.

España depende de China

España ha tratado de responder a esta cuestión implementando proyectos como la gigafactoría de baterías de PowerCo (Volkswagen) en Sagunto (Valencia), y H2INTEGRA, que pretende la optimización del hidrógeno verde en zonas como el País Vasco.

Igualmente, se han destinado miles de millones de euros de los fondos europeos Next Generation para promover la electrificación del transporte. Pero otros casos, como el desarrollo de minas de litio en Cáceres, se enfrenta a la resistencia por parte de la población y genera problemas medioambientales.

Así, en un escenario geopolítico en el que tanto la Unión Europea como Estados Unidos tratan de desplazar a China, especialmente en sectores tecnológicos, la apuesta por las renovables de España hace que China se convierta en su socio más requerido.