Adiós reventa: las entradas podrán llevar un GPS para evitar el fraude en la industria musical

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Jorge Díaz, CEO de Tracer (Foto: Tracer)

Imagine que es un fan empedernido de Pablo Alborán y quiere ir a toda costa a su concierto. Hace una cola virtual de media hora y en menos de quince minutos se agotan las entradas. Sin embargo, una hora después hay tickets en decenas de páginas web, pero el precio se duplica o se triplica. El mundo de la reventa siempre ha dado muchos dolores de cabeza a artistas, promotores y clubs de fans. Para intentar poner coto a este negocio abusivo, nació la startup española Tracer y su Smart Ticket para poner un GPS a las entradas y que los organizadores puedan rastrearlas a tiempo real a través de la tecnología blockchain y un código QR.

A la práctica, no cambia nada, ya que el proceso de compra y el uso de las entradas será el de siempre. Pero, hay un truco para vigilar la ruta del ticket: «tiene que descargarse la App Smart Ticket en su teléfono móvil y llevarlo consigo. El QR que tiene su entrada será dinámico y cambia cada 20 segundos, así que lo único que deberá hacer será mostrarlo en el momento en la puerta del recinto», cuenta Jorge Díaz, fundador de Tracer y exvicepresidente de marketing de Ticketbis, una startup de reventa de entradas adquirida por StubHub.

Es aquí donde entra la principal protagonista de la historia: la tecnología blockchain. «Cada vez que alguien venda o haga una transacción con un ticket, queda grabado automáticamente sin posibilidad de error ni manipulación en blockchain. De esta manera, los artistas, promotores y equipos de fútbol pueden rastrear las entradas porque están grabadas en esa base de datos».

Brokers, auténticos profesionales

Empezaron con dinero de su propio bolsillo y ahora, han cerrado una primera ronda de financiación de un millón de euros con participaciones de empresas estadounidenses. La meta siempre ha sido la misma: acabar con la «injusticia» del sistema y con los brokers profesionales que «controlan» las páginas de reventa de entradas y manipulan los precios. «A pesar de lo que se cree, estas páginas están dominadas por brokers, revendedores profesionales de entradas. La gente normal que vende entradas son una pequeña minoría. Los brokers, apoyados por las páginas de reventa que cuentan con equipos exclusivamente dedicados a ellos, hinchan los precios de manera artificial. No es cierto que haya una oferta y demanda real. La oferta está manipulada», subraya Díaz.

La cuestión era encontrar el método. Por eso, eligieron el blockchain: esta tecnología «tiene tres características fundamentales: trazabilidad, inmutabilidad y descentralización». Tres palabras que se resumen en el bloqueo del fraude, que «se evita porque nos aseguramos que cada persona que compre una entrada sea una persona real, con un dispositivo móvil asociado. Conseguimos que los únicos canales de venta son los permitidos por el organizador del evento. Pueden ser varios, pero siempre serán “originales” y autorizados por los propietarios legítimos de esas entradas».

Más de 9.000 personas 

El pasado mes de junio, más de 9.000 personas usaron los smart tickets para acudir al festival The Cambridge Club en Cambridge. «Ya estamos cambiando la industria del entretenimiento». Aunque hayan empezado por Reino Unido y España, su producto se puede exportar a cualquier país. De hecho, en breve lo lanzarán en Latinoamérica. «Nuestra vocación es ser globales».

De esta manera, pondrán la cultura al alcance de muchas personas. «Los fans dejarán de pagar precios abusivos o de ser engañados. Al eliminar los miles de millones que se malgasta en la reventa en el mundo y, a la vez, liberalizar los canales de distribución, los precios no se dispararán y habrá muchos menos asientos vacíos».

El camino no ha sido fácil: desarrollaron su propia plataforma y afrontar cientos de cambios, pero ha merecido la pena, dice. «Cuando dentro de unos años veamos la reventa como algo antiguo miraremos atrás, veremos que el esfuerzo de estos años trajo un cambio que va a ser muy positivo para mucha gente».

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