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Adiós al champú y gel en los hoteles como los conoces: en 2026 cambia todo

Hasta hace poco, hospedarse en un hotel implicaba algo que todos daban por asumido y que no es otra cosa, que los pequeños botes de gel y champú dispuestos en el baño para darnos la bienvenida. Una buena idea para contentar a los clientes y de paso, nos permitían ahorrarnos el tener que llevar nuestro gel en la maleta. Sin embargo, es algo que ahora va a desaparecer o de hecho, va a cambiar a partir de 2026, en un giro que llega desde Bruselas y que no es menor.

La Unión Europea lleva tiempo advirtiendo de la necesidad de reducir plásticos. Y ahora le toca a la hostelería. Pero no sólo a los hoteles, también a restaurantes, bares o alojamientos turísticos que usan envases de un solo uso, también conocidos com monodosis. La norma forma parte del nuevo Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases, conocido como PPWR, una herramienta diseñada para recortar de forma drástica la cantidad de residuos que generamos cada día. Lo llamativo es que, aunque pueda parecer un cambio pequeño, va a provocar que notemos algunos cambios importantes dentro del sector turístico. Así, a partir de mediados de 2026 empezará la transición. Y en 2030, adiós definitivo a los clásicos botes individuales. Sólo quedarán excepciones contadas y muy justificadas.

Qué es exactamente el PPWR y por qué afecta a los hoteles

El PPWR no es una norma aislada. Es el eje de toda una estrategia verde en Europa. La idea es clara: menos envases, envases mejores y envases que realmente se puedan reutilizar o reciclar. Y, sobre todo, acabar con formatos que tienen una vida útil de minutos y una permanencia en el planeta de décadas.

El sector turístico, por su volumen, es uno de los que más residuos genera sin que muchas veces seamos conscientes. La típica estancia de dos o tres noches puede suponer varios envases plásticos por persona. Y multiplicado por millones de viajeros, el problema se dispara. Este reglamento llega con el objetivo de frenar esa rueda.

Qué va a cambiar en las habitaciones desde 2026

Lo primero que van a desaparecer son los envases monodosis de higiene. Los hoteles tendrán que reemplazarlos por sistemas más sostenibles. La transición ya se está viendo en algunos establecimientos. De hecho si viajaste el año pasado o este 2025, seguramente al ir al baño de tu habitación de hotel, ya te encontraste con dispensadores fijados a la pared y rellenados con productos a granel.  Otra de las opciones que te puedes encontrar, es la de hoteles que opten por jabones en pastilla, envases reutilizables o formatos grandes que puedan devolverse y rellenarse. En otros casos, el huésped podrá pedir determinados artículos en recepción. Se evitará así el desperdicio de productos que muchos clientes ni siquiera abrían.

Por qué se eliminan las monodosis

Durante años, esos pequeños botes parecían inofensivos o de hecho, muchos lo interpretaban como un regalo y tras su estancia, no dudaban en llevárselos en la maleta. Pero su impacto no lo es. Millones y millones de envases terminan en vertederos, en incineradoras o, peor aún, en la naturaleza. Se degradan muy lentamente y se transforman en microplásticos que acaban en ríos, mares y suelos agrícolas. La fabricación de todos esos recipientes también genera emisiones y demanda recursos. Al final, eran objetos pensados para un sólo uso, pero con consecuencias que duran generaciones. Y esa es la lógica que Europa quiere cortar.

Cómo será entonces la experiencia del huésped

Habrá un periodo de adaptación, como ocurre con todo. Algunos viajeros echarán de menos la cortesía en miniatura, esa especie de ritual al abrir los botes el primer día. Pero muchos otros no verán el cambio como un problema. De hecho, cada vez más personas están acostumbradas a llevar sus propios productos o a utilizar dispensadores en el gimnasio, en piscinas o en otros alojamientos.

Lo importante, según coinciden los expertos, será la comunicación. Explicar el porqué ayuda a evitar malentendidos y a transmitir que no es un recorte, sino una mejora ambiental. Además, esta transición abre la puerta a que los hoteles innoven. Ya se están viendo dispensadores más estéticos, líneas de productos premium, fragancias diseñadas para reforzar la imagen de marca… Es decir, no será una pérdida de calidad, sino una forma distinta de ofrecer el servicio.

Un paso dentro de un movimiento más grande

La eliminación de monodosis no llega sola. La hostelería ya está aplicando medidas para ahorrar agua, reducir energía, gestionar residuos orgánicos o apostar por proveedores locales. Este cambio forma parte de un proceso más amplio que busca que hoteles y restaurantes sean espacios más sostenibles, acordes con lo que demanda un viajero cada vez más consciente.

Europa quiere liderar ese camino. Y, aunque pueda generar dudas al principio, lo cierto es que el sector ya estaba avanzando hacia aquí por su propia iniciativa. La norma solo acelera un destino inevitable: un turismo que cuide más del entorno sin renunciar a la comodidad.