El primer Clásico de la temporada, disputado entre el Real Madrid y el FC Barcelona reveló lo que era ya una gran sospecha: Vinicius Júnior se ha ganado el respeto. Convertido en uno de los líderes del conjunto blanco, el brasileño ha conseguido hacerse con un hueco entre los, jugadores a tener en cuenta y en el Camp Nou se pudo comprobar a la perfección. El jugador ha pasado de ser carne de meme a ser un futbolista más que temido por parte de los rivales.
No es para menos. Después de más de dos temporadas de adaptación, el brasileño empieza a recoger los frutos de lo sembrado a lo largo de este tiempo. Su constancia e insistencia, le ha llevado a mejorar notablemente en aquellas asignaturas en las que mostró estar verde hasta el arranque del presente curso, hasta poder presumir de ser uno de los grandes jugadores del continente europeo.
Su confirmación se dio en el Clásico disputado el pasado domingo en Barcelona. Allí llegaba convertido en uno de los jugadores revelación de la temporada, después de superar con creces los registros establecidos en anteriores temporadas, tras haber jugado únicamente 11 partidos de la presente campaña. Con poco más de dos tercios de lo que queda de curso aún por delante, no hay discusión posible y Vinicius es uno de los jugadores más determinantes de este arranque de la competición.
Prueba de ello es el temor que ya empieza a despertar en las aficiones locales. La afición culé ya le conocía bien antes del encuentro, aunque se negaban a reconocer lo que era una evidencia bastante clara. Después de grandes actuaciones en los últimos tres enfrentamientos entre Barça y Madrid, dejaba poco lugar a la duda. Aún así, se encargó de despejar las pocas que quedaban.
El conjunto blanco salió en casa del eterno rival con la consigna clara de esperar, robar y salir en velocidad y, si hay alguien que es capaz de generar ocasiones sólo con que le llegue el balón, ese era Vini. Así planteó el encuentro Ancelotti y el resultado no se hizo esperar, con el canarinho convirtiéndose en protagonista absoluto y causando verdaderos estragos en la defensa azulgrana.
No marcó, pero su partido fue espectacular. Vinicius firmó la gran actuación de la tarde en el Camp Nou y así se lo hizo saber la afición del máximo rival. En un momento en el que, a causa de los constantes esprines, no pudo seguir, fue sustituido por Ancelotti y entonces se comprobó a la perfección que ha pasado a ser un jugador muy a tener en cuenta para los rivales.
Vinicius abandonó el terreno de juego por la banda contraria a los banquillos, teniendo que hacer el paseíllo hasta el vestuario a pie. Con molestias en sus piernas, lo hizo sin prisa alguna y fue entonces cuando comprobó la calurosa despedida que le brindaban los miles de aficionados barcelonistas.
El jugador del Real Madrid se marchó a casa entre peinetas y silbidos, dejando claro que es ahora mismo una de las grandes estrellas del equipo. En el presente curso ha conseguido ya marcar un total de siete goles y tres asistencias. Pero su aportación en lo que va de temporada está siendo fundamental para los intereses del conjunto blanco, yendo aún más allá de sus grandes registros.
Vinicius es velocidad, descaro, desborde, electricidad en ataque. Unas características a las que ahora ha sumado su determinación. Si había algo que se le pedía mejorar en los últimos años, era su puntería y su toma de decisiones en los momentos clave, algo que ha demostrado que ha afinado. Antes, era uno de los grandes revulsivos en el ataque madridista, capaz de sembrar el caos cada vez que le llegaba el balón, pero ahora es un jugador mucho más peligroso e incisivo.
El brasileño se ha ganado el respeto de rivales y aficionados propios. Se está consolidando como un jugador llamado a dominar el futuro del deporte rey en los próximos cursos y en los partidos grandes lo está confirmando. Si el pasado curso ya brilló en cuartos de final de la Champions ante el Liverpool, en esta temporada su gran arranque le ha llevado a exhibirse de nuevo en el Clásico. No marcó, pero fue el mejor en una nueva victoria del conjunto blanco.
