Jude Bellingham es un jugador diferencial. Un crack mundial que ha dado al Real Madrid muchas tardes de gloria en este año y medio en el que lleva defendiendo la camiseta del 15 veces campeón de Europa. Su crecimiento es imparable y ha firmado momentos que ya forman parte de la historia del club blanco, pero en todo lo bueno que hace tiene un debe, un pero que antes o después tratará de subsanar: brillar en un derbi contra el Atlético de Madrid.
Cinco son los derbis que ha jugado Jude Bellingham contra el Atlético de Madrid desde que es jugador del Real Madrid. Tres en Liga, uno en Copa del Rey y otro en Supercopa de España. Su máxima aportación en el plano ofensivo fue la asistencia que dio a Joselu en el duelo que se celebró en el Metropolitano en los octavos de final de la Copa del Rey. El resto, cero goles ante un rival al que sólo le ha ganado una vez, ha empatado dos y ha perdido otras dos.
Los números de Bellingham contra el Atlético de Madrid son anómalos. Su balance es negativo y no ha sido capaz de hacer ni un gol. Por ejemplo, contra el Barcelona ha jugado el mismo número de encuentros, ha ganado tres partidos, siendo determinante en varios, ha perdido dos, ha marcado tres goles y ha dado una asistencia.
Bellingham buscará este sábado poner punto final a esta situación anómala. En el estadio Santiago Bernabéu buscará ser determinante para ayudar al Real Madrid a ganar un derbi capital en el que los hombres de Ancelotti buscan mantener el liderato, ampliando la distancia, y, por fin, dar el nivel esperado en un partido grande, algo que no ha podido hacer durante todo este curso.
Bellingham, en plenitud futbolística
Bellingham está en un momento espléndido en cuanto a lo futbolístico, mientras que físicamente está siendo mimado por Ancelotti. El inglés suma muchos minutos en lo que va de temporada, pero el entrenador italiano le cuida como en partidos contra el Leganés, cuando no entró ni en la convocatoria.
Un día antes del encuentro con el Liverpool de Champions, Jude expresó a la prensa inglesa su incomodidad por la forma en que fue tratado por los reporteros durante el torneo que tuvo lugar en Alemania. Un trato que le afectó a él y a su familia, como por ejemplo su madre, la que siempre está a su lado.
Tampoco le ayudó la idea que tuvo Ancelotti con su posición. Primero, el italiano le vio como la figura llamada a llenar el enorme vacío de Kroos. Error, porque su juego es totalmente diferente al del germano y, lo que es más perjudicial, se alejó del área. Con el devenir de los partidos, Carletto le volcó a la banda, donde definitivamente se perdió. No era el Bellingham que había enamorado en su primer año y el Real Madrid lo notaba.
Sin embargo, todo dio un giro en Montilivi. En una situación delicada, tras perder en San Mamés días antes, Ancelotti decidió colocar a Bellingham en su posición. Por delante del centro del campo y justo por detrás de los delanteros. Y, como por arte de magia, todo empezó a fluir. Desde ese momento, ha vuelto a su mejor nivel, lo que celebra el Real Madrid.
