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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 11

El regreso de un genio

El Atlético gana en el Villamarín con dos goles de Griezmann y recupera el tercer puesto

El francés abrió el marcador con un gol olímpico en el primer disparo rojiblanco entre los tres palos

Cuando Simeone le sustituyó el equipo cayó en picado y el Betis no empató de milagro

Joao tuvo más de un cuarto de hora, pero de nuevo fue intrascendente

Griezmann, tercer máximo goleador de la historia del Atlético

Ha vuelto Antoine, y lo ha hecho con la mejor de sus versiones. El crecimiento del francés desde que Atlético y Barcelona cerraron su traspaso está siendo exponencial y el equipo saca rédito con goles que valen victorias. Hace ocho días fue en San Mamés. Hoy ha sido en el Benito Villamarín con otros dos tantos, el primero una obra de arte que sólo puede firmar un genio, un córner directo que resuelve otro partido de oscuridad ofensiva rojiblanca. Simeone le dio esta vez un cuarto de hora a Joao, pero el portugués volvió a ser intrascendente.

La influencia de Griezmann en el Atlético es descomunal. Sin sus goles ante Athletic y Betis el equipo estaría con cuatro puntos menos hundido en la zona media de la clasificación, pero más allá de su acierto ante la portería contraria lo que le convierte en imprescindible es su influencia en todo el campo. Se vio cuando Simeone lo sustituyó. La caída rojiblanca fue absoluta y el Betis no levantó el 0-2 en contra porque Álex Moreno cabeceó al travesaño en el descuento. Hay un Atlético con Griezmann y otro sin él. Y éste no tiene buena pinta..

La primera parte del Atlético en Sevilla fue un canto a la mediocridad. El equipo se comportó como un recién ascendido y su única aspiración fue mantener la portería a cero. Ni un solo disparo entre los tres palos, ni una sola ocasión, ni un solo contragolpe con peligro. Todo fue un panorama yermo, carente de la menor ambición e indigno de quien dice estar peleando por el título de Liga.

El Betis, que se quedó muy pronto sin Luiz Felipe por un problema muscular, se encontró con un partido que no esperaba porque el rival se negó a presentar combate. Y, sí, aceptó el reto de monopolizar el balón, pero no se lanzó a aventuras demasiado arriesgadas porque le pudo la prudencia, temeroso de que al final el Atlético le sacara las garras. Un error, dadas las escasas ganas de los jugadores de Simeone de presentar combate. Griezmann estuvo desaparecido, a Morata no le llegó ni un solo balón y ni Correa ni Saúl aportaron la menor profundidad por las bandas.

Con todo, lo único que se vio en la primera parte, que fue muy poco, llegó junto a la portería de Oblak. Borja Iglesias lo intentó con un disparo a la media vuelta que se embolsó el esloveno y Guardado, ya en el descuento, ensayó un saque de falta lateral que el portero, más por precaución que por peligro real, mandó a la esquina. La deprimente producción ofensiva de 45 minutos para olvidar se cerró con un error en la salida de Rui Silva que permitió a Griezmnn ensayar un disparo a la desesperada condenado al fracaso tanto por su posición en el campo como por el escaso tiempo que tuvo para prepararlo.

La segunda parte arrancó con un sobresalto. A los 48 minutos Reinildo se equivocó en un despeje y permitió un contragolpe del Betis conducido por Borja Iglesias, que no pudo regatear al mozambiqueño, pero el balón le quedó rebotado a Luiz Henrique, cuyo disparo dobló las manos de Oblak y acabó dentro de la portería. El Villamarín saltó a una para celebrar el gol, pero las imágenes demostraron que Borja Iglesias había recibido el pase por delante de Nahuel.

No fue gol, pero esa jugada sirvió para despertar al Atlético definitivamente de un letargo que ya duraba demasiado. A los 53 minutos le cayó a Correa un rechace en el área, pero su disparo lo rechazó lanzándose al suelo Víctor Ruiz. Simeone se quedó lamentándose en la banda, pero en el saque de esquina posterior Griezmann se sacó un conejo de la chistera y ejecutó el córner de manera directa sorprendiendo a propios y extraños y superando a un Rui Silva estupefacto. Un detalle de calidad digno de un genio para romper el equilibrio de un partido que en la segunda parte era otro.

El 0-2 obligó al Betis a tirarse a muerte y ahora sí que empujó fuerte al Atlético a encerrarse en su área. Fueron los minutos en los que Carrasco y Joao pudieron haber reivindicado más presencia, pero los dos permanecen en una dimensión desconocida. Ni uno ni otro tuvieron la menor incidencia, pero sí que se dejó notar Fekyr, que a los 83 minutos ejecutó con maestría un falta absurda regalada por Kondogbia y le puso suspense a la recta final del partido, que pudo haber cambiado de rumbo en un cabezazo al travesaño de Álex Moreno en el tiempo de descuento.