IBEROSTAR TENERIFE VS REAL MADRID: JORNADA 23 DE LIGA ENDESA

Al Real Madrid se le atraganta el carnaval (75-64)

Real Madrid
Doncic entra a canasta. (realmadrid.com)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Real Madrid tiene que ponerse las pilas. Los blancos sufrieron su tercera derrota consecutiva a manos del Iberostar Tenerife (75-64), que celebró el último día del Carnaval de su ciudad con un encuentro digno de su posición en Liga Endesa. Los aurinegros, líderes de la competición, superaron de principio a fin a los de Pablo Laso, que acabaron desquiciados ante un ambiente y un juego que distaron de ser los más favorables. 

El Santiago Martín se mostraba como si de una final se tratara, y es que no siempre se puede disfrutar en la isla de un duelo primero contra segundo de la Liga Endesa, y encima tu equipo es el líder, un auténtico equipazo. No tardarían en demostrarlo los de Txus Vidorreta, que impidieron que el Madrid cogiera el liderato del encuentro gracias al acierto de Aaron Doornekamp y Bogris, los dos puntales en el inicio de los isleños, que habían trasladado el Carnaval a la pista.

Los triples de Rudy sirvieron de aspirina para un mermado Madrid pero Tenerife veía el aro no ya como una piscina, sino como la playa de Los Cristianos. En esta ocasión no se trataba de una mala defensa de los blancos, al menos, no siempre, y justo cuando los locales lograban su primera ventaja de 10 puntos, un parcial de 0-8 mostraba en un abrir y cerrar de ojos la grandeza del Real Madrid. Le puedes tener contra las cuerdas, pero si le das un resquicio no solo va a escapar sino que te va a devolver el gancho.

Aun con todo ello, dos de ventaja al final del primer cuarto para Iberostar y el Madrid volvía a afrontar un partido con desventaja, parece ya costumbre. Necesitaban calma los blancos y Doncic, en su segundo partido como mayor de edad, lució el carnet que Florentino le prometió, pero el presi debió darle el de camión en vez del de coche, porque sino no se explica la forma de echarse el equipo a la espalda del esloveno, como no se explica casi nada en este auténtico prodigio del baloncesto. 

A pesar de todo ello, el marcador de Iberostar Tenerife seguía hinchándose a base de triples, mates y movimientos inverosímiles que le comenzaban a vislumbrar como favorito a la victoria, manteniendo ventajas de en torno a la decena, otra vez maquilladas por el Real con un final acertado de cuarto. Las sensaciones eran malas, pero había vida para los visitantes en un duelo de titanes.

Salieron de vestuarios los pupilos de Laso a ritmo de triple, de Sergio Llull, que había estado de todo menos acertado en la primera mitad. Contestó rápido Doonerkamp, que se estaba comiendo a Rudy al poste. Las canastas se sucedieron tras ver como el paso de los minutos no le servía de nada al Madrid. Seguían con cinco de desventaja y ya solo quedaba un cuarto para remontar. 

Desconexión y tercera derrota

Dos canastas sobre la bocina abrieron el parcial decisivo y ambas fueron para Canarias, que tenía la suerte y la afición de su lado. También a los árbitros, que no sancionaron a Grigonis en dos acciones provocativas a Doncic. Volvían a llegar los diez de ventaja y con ellos un regalo extra para el público local. Anthony Randolph, completamente fuera de sí, era descalificado tras aplaudir a los árbitros en su segunda técnica.

El partido era digno de un cierre de Carnaval y los jugadores aurinegros iban vestidos de superhéroes. No les valía con el liderato, sino que querían derrotar al vigente campeón bajo el calor de su afición. Bogris, con movimientos de pívot incontrolables para los interiores madridistas, encargó una victoria que celebraban los aficionados del equipazo, del que lleva toda la temporada disfrazado de grande del baloncesto y que inyectó al Madrid su tercera vacuna consecutiva en forma de derrota. 

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