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La primera decepción del Atlético pone en la diana a Simeone

Desconcertantes movimientos tácticos del Cholo ante el Espanyol

Nadie entendió el cambio de Sorloth por Reinildo con 0-0

"Lo hice porque vi que el equipo estaba partido", afirmó el argentino

La primera decepción del Atlético esta temporada pone en la diana al Cholo Simeone, cuyas decisiones en el partido de ayer ante el Espanyol cuesta mucho entender, sobre todo el cambio final de Reinildo por Sorloth cuando el choque estaba empatado a cero. «Lo hice porque vi que el equipo estaba partido», se justificó el entrenador argentino, que no parece haber dado todavía con la tecla en un curso en el que la exigencia es máxima.

Pese a que es cierto que el equipo bajó el pistón en los últimos 15 minutos del primer tiempo, la superioridad mostraba sobre el Espanyol en la primera media hora inicial de partido fue absoluta. No parecía en consecuencia justificada la necesidad de introducir tres cambios de golpe en el arranque del segundo acto, pero Simeone dio el paso convencido de que era la mejor solución para el equipo. Sin embargo lo único que consiguió fue contagiarle su ansiedad porque el Atlético no fue ni mucho menos el de la primera parte.

El siguiente relevo fue para añadir madera a la fogata con la entrada de Correa, que formó pareja arriba con Sorloth y creó tal desequilibrio que es cierto que el equipo quedó partido. Al Cholo no le quedó otra que deshacer sus propias decisiones y retirar al noruego para evitar que en un contragolpe el Espanyol, que ya había empezado a avisar, acabara ganando el partido.

Otra decisión que no se entendió en absoluto fue que el inglés Gallagher no jugara un solo minuto. Desde fuera dio la impresión de que podía haber aportado mucho al equipo por su fuerza y capacidad de llegada, pero Simeone no lo vio así y le dejó en el banquillo durante los 90 minutos cuando desde la grada se le esperaba en el campo.

El empate a cero ante un rival que lo había perdido todo y que aún no ha marcado un solo gol ha encendido las primeras luces de advertencia para un Atlético que en apenas tres días volverá al ruedo y en un escenario tan complejo como San Mamés, donde con toda seguridad Simeone tirará de lo mejor que tiene. El resultado de Bilbao, con el parón posterior de la Liga, puede suponer un primer punto de inflexión en una temporada que, de manera inesperada, ya ha dejado la primera mala noticia del curso.