Pirelli, culpable de la caída de Ferrari

El comienzo de año de Ferrari había sido de ensueño este año, hasta el Gran Premio de España. En Montmeló los coches rojos vivieron una pesadilla en forma de falta de rendimiento. Y también de fiabilidad, en el caso de Raikkonen. Pero hoy vamos a centrarnos en lo primero. ¿Cómo puede Sebastian Vettel pasar de ser el piloto más rápido del mundial, con dos victorias y tres poles, a ni siquiera pisar el podio? La razón, o una de ellas al menos, la encontramos en una modificación llevada a cabo por Pirelli en los neumáticos.

Debido al alto desgaste de los neumáticos en la pretemporada, el fabricante de gomas ha cambiado la banda de rodadura de las mismas, haciéndola cuatro milímetros más fina. Esto ha hecho que las ventanas óptimas de temperatura hayan cambiado, no logrando el SF71H de Vettel encontrarlas para ser competitivo. Y ojo, porque esta medida se repetirá en otros circuitos duros con los neumáticos, tales como Silverstone o Paul Ricard.

De esta manera, el fantasma de lo sucedido en 2013 empieza a sobrevolar Maranello. Entonces, Fernando Alonso y Ferrari formaban un binomio ganador que a estas alturas de temporada había triunfado en dos carreras. Todo pintaba bien para que el asturiano se hiciese por fin con su tercer mundial.

Sin embargo, diversos reventones hicieron que Pirelli tuviese que mirar por la seguridad de su producto, cambiando la carcasa de las gomas. O lo que es lo mismo, empezaron a ofrecer un neumático totalmente nuevo mediado el campeonato. El resultado fue pésimo para Ferrari, cuyo monoplaza jamás se adaptó al cambio, pasando a ser un coche del montón. Por su parte, Vettel y Red Bull, que no habían destacado mucho hasta entonces, encadenaron hasta 9 victorias seguidas, certificando su cuarto mundial a falta de varias carreras para el final.