La pesadilla de Obi Mikel: secuestraron a su padre antes del partido contra Argentina
John Obi Mikel vivió uno de los días más duros de su vida el pasado martes 26 de junio. El capitán de Nigeria, que juega actualmente en las filas del Tianjin Teda, se encontraba en las horas previas al encuentro en el que su selección se jugaba el pase a los octavos de final del Mundial –cayó eliminada a manos de Argentina–, cuando se enteró de que su padre había sido secuestrado, algo que ya había sucedido en 2011 cuando militaba en las filas del Chelsea.
El propio jugador fue el que contó la historia de lo sucedido a The Guardian. «Recibí una llamada cuatro horas antes del inicio para contarme qué había pasado. Me dijeron que matarían instantáneamente a mi padre si informaba a las autoridades o se lo contaba a alguien».
En una lección de profesionalidad, Obi Mikel no quiso compartir la extrema situación más allá de su círculo cercano. «Sólo un círculo muy reducido de mis amigos lo sabía. Tampoco quería discutirlo con el entrenador, porque no quería que mi problema se convirtiera en una distracción para él o para el resto del equipo antes de un partido tan importante. Por mucho que quisiera discutirlo con el entrenador, no pude».
El centrocampista, uno de los jugadores más destacados de la selección de Nigeria, decidió vestirse de corto y participar activamente en el partido a pesar de lo sucedido. «Jugué mientras mi padre estaba en manos de bandidos. Tuve que suprimir el trauma. Estaba emocionalmente angustiado y tuve que tomar una decisión sobre si estaba mentalmente listo para jugar. Estaba confundido. No sabía qué hacer pero, al final, supe que no podía dejar ‘tirados’ a 180 millones de nigerianos. Tuve que apartarlo de mi cabeza e ir a representar a mi país primero», reconoció.
El padre de Obi Mikel, por suerte, acabó liberado de los secuestradores, pero tuvo que recibir asistencia tras lo sucedido. «Mi padre fue liberado de manera segura el lunes por la tarde. Agradezco a las autoridades policiales sus esfuerzos por el rescate y el apoyo que he recibido de amigos y familiares. Desafortunadamente, mi padre ahora está en el hospital recibiendo tratamiento de emergencia como resultado de la tortura que recibió durante su captura», confesó Obi Mikel.
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