MALAS ROTACIONES Y MUY CONSERVADOR

Los jugadores apuntan a Valverde tras el empate ante Las Palmas

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Ernesto Valverde, en rueda de prensa. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Barcelona vive su primera gran crisis desde que Ernesto Valverde tomó el timón del equipo en sustitución de Luis Enrique. Los culés atraviesan un bache de juego que se ha visto reflejado en unos resultados decepcionantes en las últimas jornadas de Liga, donde han cosechado tres empates que han reducido su renta con el Atlético de Madrid a apenas cinco puntos.

En el vestuario azulgrana se ha empezado a hacer autocrítica y muchos han empezado a señalar la gestión de plantilla de Valverde como una de las grandes culpables. Al técnico se le critica el hecho de que apenas rote en las alineaciones y eso ha hecho que muchos de los gallos del equipo lleguen excesivamente cargados de minutos a estas alturas de la temporada.

Hasta siete jugadores del Barcelona superan esta campaña los 2.800 minutos disputados, una auténtica barbaridad si se compara con el Real Madrid donde Casemiro es el jugador que más tiempo suma esta temporada en el campo con 2.751 minutos. Ter Stegen, Piqué, Jordi Alba, Busquets, Rakitic, Messi y Luis Suárez pueden dar testimonio de ello, con el argentino siendo el que más tiempo ha disputado con 3.393.

Valverde no ha confiado en ningún momento en un hipotético plan B ni en los fichajes. Paulinho y Semedo no alcanzan los 2.000 minutos en todas las competiciones, mientras que ni Coutinho ni Dembélé ni, por supuesto, Yerri Mina han alcanzando los 500 disputados entre lesiones y limitaciones.

El equipo demostró en la última jornada de Liga que llega con el gancho al final de muchos partidos. Si un rival le exige físicamente, el Barcelona puede rendir a un alto nivel durante 60 minutos, pero nunca los 90. Valverde tiene relevos, pero no confía en ellos salvo que una lesión le haga cambiar de planes.

Y siempre jugando conservador

Al técnico, le acusan algunos jugadores, de excesivamente amarrategui en sus planteamientos. El Clásico 4-3-3 de la era Guardiola es un vestigio del pasado y qué decir del 3-4-3 que el año pasado empleó Luis Enrique. Valverde juega un 4-4-2 con libertad plena para Messi.

Leo y Suárez siguen produciendo una ingente cantidad de goles acaparando el 70% de los tantos, pero el club ha perdido capacidad goleadora especialmente en la Champions donde el equipo ha logrado 10 goles en siete partidos. Muchos no entienden las decisiones experimentales de poner a André Gómes o Aleix Vidal en partidos gran entidad en lugar de confiar en Sergi Roberto, que sigue jugando a regañadientes de lateral diestro.

El hecho es que en el vestuario azulgrana se han sembrado las primeras dudas sobre la gestión de un Valverde, que sabe que no gusta que siente en el banquillo a 300 millones de euros en muchos partidos de Liga. A favor del técnico cuenta con la fe que le profesan tanto Leo Messi como Luis Suárez, pero quizá eso no sea suficiente para cumplir con las expectativas deportivas si sus cracks no están frescos de mente y piernas.

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