Iniesta, final y adiós
Andrés Iniesta se prepara para jugar su último gran partido como futbolista del Barcelona en la final de la Copa del Rey. El capitán azulgrana vivirá su noche final frente al Sevilla en el Wanda Metropolitano, después sólo le quedará por delante levantar una Liga sin mayor emoción y coger un vuelo rumbo a China donde dará sus últimos coletazos sobre un terreno de juego.
Una vez finalice esta campaña, el que pasará a la historia como uno de los grandes símbolos del Barcelona en particular y del fútbol español en general, viajará rumbo a Asia. Allí conocerá un fútbol en crecimiento, percibirá un importante sueldo y verá como su negocio vinícola crece notablemente después de le compren dos millones de botellas.
De esta forma, una vez finalice la final de Copa se acabará algo más que una simple etapa. Con los tres pitidos que indiquen la conclusión del encuentro se pondrá punto y final a 16 años de barcelonismo. El hombre que junto a Xavi, Messi, Puyol o Piqué elevaron a los azulgranas al Olimpo del fútbol mundial convirtiéndose en una auténtica referencia. 430 partidos después, el chico de Fuentealbilla que llegó a La Masía en 1996 tras despuntar en el Torneo Nacional Alevín de Fútbol 7 de Brunete con el Albacete, va a vivir su gran adiós.
El cielo de Stamford Bridge
Iniesta pasará a la historia por muchas cosas en el Camp Nou, pero sin duda su gran momento la vivió el 6 de mayo de 2009. El Barcelona de Guardiola necesitaba un milagro para seguir vivo en la Champions. Era la vuelta de las semifinales de la máxima competición continental y los azulgranas perdían por 1-0 cuando se cumplía el minuto 93. Fue en ese momento cuando don Andrés cargó la pierna derecha para inventarse un golazo, un milagro, que sacaba el billete de los barcelonistas a Roma.
Semanas después el Barcelona ganaría en la capital italiana su tercera Champions tras doblegar al Manchester United. Los catalanes lograban un triplete que meses después se convertiría en sextete para firmar una época dorada donde Iniesta fue clave.