Historias del Mundial 2018: Islandia, la selección de ‘barrio’

¿Te imaginas ir al dentista y que te atienda Fernando Hierro? Si vivieses en Islandia te podría pasar, pero con el seleccionador nacional del país nórdico. Pero además del técnico, los habitantes islandeses podrían encontrarse en cualquier esquina a alguno de los jugadores que les representan en el Mundial 2018. Es por eso, que el cuadro ‘vikingo’ que logró empatar con la Argentina de Messi, es la selección del ‘barrio’.

Como sucediera en la Eurocopa, Islandia ha vuelto a sorprender a todos con un equipo en el que la mayoría son desconocidos y son capaces de hacerle frente a cualquier selección. En su primer partido en un Mundial fueron capaces de empatar a uno ante la siempre favorita Argentina de Leo Messi. Con un punto en su haber, aún le queda enfrentarse a Nigeria y a Croacia para seguir peleando de clasificarse para los octavos de final.

Si Marruecos era una selección de ‘extranjeros’, Islandia es la de barrio. Su seleccionador, Heimir Halgrimsson, es dentista. Pero no es sólo eso lo que llama la atención de su curriculum. El odontólogo se formó en el fútbol femenino y dirigió a varios equipos de mujeres antes de pasarse al masculino. El técnico ha conseguido crear un equipo en el que todos los integrantes se sienten parte de una familia, de un grupo de amigos que se divierte como haría cualquiera de los 300.000 habitantes de Islandia.

Dentro de los 23 convocados para el Mundial 2018, podemos encontrar empleos de todo tipo. El guardameta titular, Halldorsson, es director de cine y uno de los defensas, Birkir Saevarsson, es posiblemente el que tiene la historia más rara. Primero, casi deja el fútbol para convertirse en piloto de avión, pero decidió optar por los terrenos de juego. Actualmente trabaja en una fábrica de sal por hacer algo después de los entrenamientos. Aún así, tuvo que pedir permiso en su trabajo para poder acudir a Rusia a defender a su país.

Héroes vikingos

Por otro lado, Ragnar Sigurdsson no es un gran amante del fútbol. Le cuesta reconocer a futbolistas de la talla de Mandzukic, pero sueña con llegar algún día a vestir la camiseta del Liverpool. Uno de los vikingos más reconocido es Gylfi Sigurdsson. El islandés juega en el Everton y, pese a ser uno de los mejores de su país, sigue llevando una empresa de pesca que fundó su padre.

Aaron Gunnarsson tuvo que escoger: el balonmano o el fútbol. Se decantó por el segundo, pero durante su juventud era una de las mayores perlas de su país en el balonmano. Por último, el delantero Jon Dadi Bödvarsson tiene en la ciudad de Selfoss una organización para ayudar a los niños que no tienen los recursos suficientes para comprarse botas y ropa para jugar al fútbol.

La selección de Islandia se ha convertido en el equipo de todo el país. Los habitantes islandeses están volcados con sus futbolistas. Posiblemente no por ser ídolos, sino que les califican como héroes después de hacer un buen papel en la Eurocopa 2016 y clasificar a su nación para el Mundial 2018. El 99,6% de la audiencia de televisión el día que se midieron a Argentina no se perdió el choque de esos jugadores a los que podrían ver dentro de un mes en cualquier comercio.