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Tenis: Copa Davis 2025

La gesta de España muere en la orilla e Italia revalida su corona en la Copa Davis

El italiano se levantó de la lona y remontó ante un Munar espléndido

Italia revalida su corona y ya suma cuatro Davis en su palmarés, la tercera consecutiva

Arrivederci, hasta aquí alcanzó el pundonor de España en la Davis del pueblo. La resistencia numantina de la Armada terminó por resquebrajarse ante la anfitriona Italia después de que Cobolli, ídolo local desde este domingo, se levantara para devolver el golpe al mentón en forma de 6-1 que le había endosado Munar en el primer set. Un Munar imponente que desplegó su mejor tenis, pero no fue suficiente (6-1, 6-7, 5-7) para evitar el alirón local. La Italia de Volandri conquista la cuarta Copa Davis de su historia, la tercera seguida. Para el recuerdo queda la unión de un equipo, el español, que prevaleció por encima de la naturaleza individualista del deporte de la raqueta. Los héroes de Marbella lo son del tenis patrio y eso no hay trofeo suficiente que lo represente. Bravissimo, España.

Con épica, si la Armada tenía que ganar esta Copa Davis sólo podía ser así, abonada a la heroicidad. Volvió a ser Jaume, el que pusiera la primera piedra de la remontada contra Chequia, el encargado de reconducir la situación que había descarrilado tras la derrota de Carreño ante Berrettini. Ejerció como un número uno el balear. Inició arrollador, sin especular. Fuerte al servicio, firme desde el fondo de la pista y con clarividencia de ideas. Dos roturas, tres juegos al saque y 5-0 arriba a las primeras de cambio.

«¡Qué fácil!», exclama Marta, aficionada española en la grada. Rompe a aplaudir cuando Munar sella la primera manga a su siguiente servicio. Lo que no se imaginaba Marta, que festejó en medio del silencio de los hinchas locales, es que todo iba a cambiar tras el paso por el banquillo. Reseteó Cobolli, desdibujado ante el ímpetu inicial de Munar, que había encontrado la forma de esconder sus puntos débiles y potenciar los fuertes. Se había mostrado inquebrantable al servicio y castigador al resto, pero sólo lo primero prevaleció a partir del segundo set.

Emergió otro Cobolli, uno que pasó de castigado a castigador. Sus piernas corrían solas, iban antes que su cabeza. Seguramente mucho tuvieron que ver las más de 10.000 almas que abarrotaron el SuperTennis Arena de Bolonia. Cabe recordar que contra ellos también jugaba España. Flavio recondujo todo por insistencia. Sólo ganó dos bolas de 14 de break que tuvo, suficientes para forzar el tie break en la segunda manga y conseguir una rotura definitiva en la tercera. Set, partido y Ensaladera. A pesar de ello, Munar nunca le perdió la cara al partido.

«Si nos quieren ganar nos tendrán que sacar en camilla de la pista», dijo Granollers, pues eso, hasta es límite remó Munar. Por el caminó dejó puntos imposibles, bolas de break salvadas y la muestra de que estamos ante un nuevo Jaume cuyo tenis se ha reinventado. ¿Qué hubiera pasado si Alcaraz no se hubiera lesionado? La cuestión sigue sin respuesta. La derrota de España evita que Pablo Carreño, Jaume Munar, Pedro Martínez y Marcel Granollers entren en el libro exitoso del tenis español, pero si relanza sus carreras deportivas. Sólo la potente Italia, que ha ganado todos los partidos disputados sin sus dos mejores tenista, ha quebrantado su convicción. La Davis del pueblo siempre latirá. Los olvidados del tenis español son eternos.