Carlos Purroy, el Rodin del fútbol
El mundo del fútbol nunca deja de sorprender. Futbolistas que han ejercido otros registros con éxitos hay algunos, pero pocos casos llamarán tanto como el Carlos Purroy, quien a lo largo de su carrera jugó con el Athletic, Osasuna o Logroñés y que en la actualidad luce una exposición en la capital vizcaína llamada ‘El hierro, ese amigo de Bilbao’.
Purroy, navarro de cuna aunque criado en Lezama, desplegó una exitosa carrera como futbolista en el Ahtletic de Bilbao hasta 1982. Jugador de mucho carácter y solera, su vida dio un giro de 180 grados tras retirarse en 1990 para empezar a dedicarse a la escultura y convirtiéndose un auténtico pionero entremezclando arte y deporte.
«Yo no creo que sean mundos tan antagónicos. Al final, en el terreno de juego se encuentran muchos artistas entre sí. Yo tuve la suerte de jugar contra Maradona, Mágico González, Iribar y un montón de jugadores sobrados de arte. Tuve la fortuna de estar en el mismo sitio que ellos y de alguna manera me han podido inspirar», explica Carlos Purroy a OKDIARIO.
El defensa navarro asegura que la clave para ser escultor reside «en la paciencia», aunque tiene claro que hay que saber arriesgar, innovar y sobretodo reciclarse para ser exitoso. «Trabajar con el hierro requiere mucha paciencia. Yo llevo 25 años esculpiendo y el éxito no llega de la nada. No nací con la estrella de otros. Investigué y arriesgué por esto para ser uno más dentro de la profesión. Pasar del balón, de tratar al cuero con los pies, a liarte con un soplete y emplear las manos… Al final son dos mundos apasionantes», resume.
Una escultura en San Mamés
Purroy tiene muchos proyectos ambiciosos en mente y uno de ellos es dejar su huella en el nuevo San Mamés. «He colaborado con el club y mantengo una magnífica relación con ellos, pero sin duda una ambición es hacer una escultura allí. Sería algo impresionante», asegura.
El defensa, que se retiraría del mundo del fútbol en 1989, ganó diez años después su primer premio como escultor y desde entonces su carrera no ha parado de crecer. Este año, además de la exposición, ha presentado un libro llamado ‘El cuero y el hierro’ que se ha convertido en un superventas en colaboración con su amigo y periodista Felix Maraña.
El escultor tuvo que marcharse a Madrid para hacerse un hueco en el complejo mundo del arte hasta alcanzar cierto reconocimiento y hasta ha podido exponer en Francia. Ahora en Bilbao se ha convertido en un referente en su campo y por eso no da de lado nunca a sus raíces. «El Athletic me ha convertido en la persona que soy. No sólo quieren enseñarte a ser buen futbolista, también intentaron mejorarme como persona. Cuando vine con 18 años jamás me podía esperar todo lo que hicieron por mí», asegura de la entidad.
Ahora el Rodín del fútbol no se conforma con su actual éxito y afronta nuevo retos de cara al futuro. «Soy de una generación que es rebelde. Yo sabía que el cuello de botella para ser futbolista era muy pequeño, pero igual de pequeño es el mundo del arte. Al final hacer las cosas con pasión y amor da resultado». Palabra de Carlos Purroy.