El VAR ha marcado tres goles, pero se ha comido tres penaltis
Un tanto de André Silva, un penalti a favor del Rayo y el gol fantasma de Granero, se resolvieron con el VAR.
Los colegiados se olvidaron de consultar el VAR en un posible penalti cometido sobre Canales, en otro sobre Asensio y en una clara mano de Zaldua en el área ante el Leganés.
La tecnología ha llegado al fútbol español con la implantación del VAR en la Liga. El videoarbitraje busca ayudar a los árbitros en su labor y, así, prevenir los errores de los colegiados. Pero nunca terminará con la polémica. Sin ir más lejos, a lo largo de estas dos primeras jornadas en uso, ha habido tres acciones en las que podría haberse hecho uso de ese videoarbitraje y los colegiados lo desestimaron, mientras que en otras tres ocasiones sí que sirvió para ayudarlos a tomar la decisión correcta.
El primero en utilizar el VAR fue Mateu Lahoz. El árbitro ya lo conocía, tras usarlo en el Mundial de Rusia, y en el primer partido de la temporada que pitaba volvió a echar mano de él. Fue en el Rayo-Sevilla, que terminó con 1-4 para los sevillistas y en el que hubo dos goles que necesitaron de su ayuda. Primero, Mateu anuló un gol a André Silva por fuera de fuego que tras consultarlo con los asistentes de VAR, terminó dando por válido y, después, una falta señalada en favor del Rayo, terminó convirtiéndose en pena máxima tras ver la acción repetida.
En la última jornada, el VAR ha vuelto a hacer acto de presencia en el choque entre Espanyol y Valencia. El conjunto perico se adelantaba con un gol de falta de Granero, pero que en principio no había sido concedido por el colegiado. El jugador espanyolista lanzó un libre directo que golpeó en el larguero y rebotó pasada la línea de gol para después salir de nuevo de la portería, pero hasta que los asistentes de VAR no se cercioraron de que el balón había entrado del todo, Del Cerro Grande no concedió el tanto.
Tres acciones polémicas
Sin embargo, hay en otras tres acciones en las que los árbitros podían haberse ayudado de la tecnología pero no lo hicieron. Al final, quien decide es el colegiado y su criterio siempre se impone a la ayuda que puedan proporcionarle los asistentes desde la Sala VAR. De ahí que tres penaltis cuanto menos discutibles se hayan quedado sin revisión y sin pitar.
El primero de ellos ocurrió en el Betis-Levante de la primera jornada. Los levantinistas vencían por 0-2 cuando Luna y Canales protagonizaron la acción polémica del encuentro. El defensor del conjunto valenciano llegó tarde y derribó al bético. Sin embargo, el colegiado pensó que el contacto no fue suficiente como para desequilibrar y tirar al jugador, por lo que dejó seguir.
En el Real Madrid-Getafe, Asensio protagonizó una acción que terminó con el mismo resultado que la de Canales. El madridista se marchaba en velocidad con rumbo a la meta, pero Bruno se cruzó en su camino y sin tocar balón le derribó. El contacto, según el árbitro fue insuficiente como para decretar los 11 metros.
Por último, en la presente jornada, el Leganés remontaba un 0-2 en contra para terminar 2-2 ante la Real Sociedad. Pero los tres puntos pudieron quedarse en Butarque pero un claro error de apreciación de Munuera Montero lo evitó. En un remate del conjunto pepinero, el defensor txurri-urdin despegó su mano del cuerpo y despejó descaradamente el balón con el brazo. El colegiado estaba delante y ni siquiera se dignó a ver la jugada repetida en la banda, algo inexplicable, pues fue un penalti que no admite discusión.