Marc Gasol lideró a la selección ante Australia (95-88)

España se mete en la final del Mundial con una victoria épica

España se impuso a Australia en semifinales del Mundial, en un encuentro en el que la selección española encontró el nivel necesario para convertirse en finalista del campeonato en la segunda prórroga, con un Marc Gasol superlativo.

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Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El sueño del segundo Mundial sigue muy vivo. España entera madrugó para ver a la selección española en su semifinal ante Australia, y los pupilos de Sergio Scariolo respondieron con uno de los mejores encuentros de la historia del combinado nacional. La épica, la pronta desesperación y la sublimación en el momento clave fueron características de un encuentro en el que, tras dos prórrogas y 50 minutos de juego trepidante, colocaron a la España de Marc Gasol, Ricky Rubio y sus superlativos secundarios en la final del campeonato del mundo.

España ha dejado, ya de forma definitiva, de ser una generación de oro para convertirse en una selección de leyenda. A las órdenes de un Sergio Scariolo que desde la pizarra del combinado nacional se ha confirmado como uno de los mejores entrenadores del planeta, el grupo de jugadores que viene con la selección sabe que lo hace para ganar. No importa el desacierto, las críticas o las importantes bajas que, como en esta edición del Mundial, asolaron la convocatoria. España está hecha por y para ganar y este domingo trabajará para sumar un segundo campeonato del mundo a su palmarés.

El partido pasó por muchas fases, pero en los primeros 35 minutos, casi todas ellas dominadas por Australia. Los oceánicos comenzaron superando a la selección española a los puntos, sin alardes, y sólo la aparición del Joker, Sergio Llull, sobre la bocina, impidió que se marcharan con una mínima ventaja en el primer cuarto. Por entonces, y en la continuación del segundo, España no se encontraba entre el desacierto y la obsesión por el triple y la ausencia de sus pívots. Willy y Marc tenían que regresar para poder luchar por una victoria que se complicaba al descanso.

Sonaba demasiado fuerte como para decirlo tan pronto, pero el devenir del partido obligaba a la aparición de un milagro en el bando español para llevarse la victoria. Marc Gasol, con sólo cuatro puntos y sin actividad defensiva hasta entonces, aparecía para demostrar que, a pesar de su mediocre campeonato, él era el líder de la selección. El pívot multiplicó de forma desmesurada su puntuación anotadora, haciéndose líder en ataque de un combinado que seguía abajo en el marcador, pero ya parecía listo para competir.

España comenzaba a merecer algo más, pero el binomio Mills y Kay, este último liderando la faceta más desequilibrada del encuentro, el rebote ofensivo, ejercieron de enemigos íntimos de la selección en un último cuarto en el que ya no había tiempo para rotaciones. Ricky, Llull, Rudy, Claver y Gasol intentarían ser los héroes hasta que la extenuación lucharían por salvar a la selección de una eliminación por la final que se llegó a dar por (casi)segura.

Remontada, prórroga y prórroga

Con Marc haciendo pasar por sus manos todos los ataques desde el poste alto, España encontró su camino. Todos tenían su papel y lo llevaron a la perfección, a excepción de un rebote ofensivo que ejercía de elemento desequilirante a favor de Australia. Mención aparte merecen los árbitros, cuyas decisiones, siempre desfavorables a los españoles, y muchas de ellas rigurosas, no impidieron que los de Scariolo perdieran la concentración.

El encuentro se iba a decidir por detalles, y estos se iban a marcar desde la línea de tiros libres. La mínima desventaja de España fue volteada por Marc con dos lanzamientos limpios desde la línea. Mills, después de una penetración que sólo pudo ser frenada con falta por Claver y el propio Gasol, sólo pudo anotar uno. Ahí estaba la diferencia, la que permitía a España seguir en el partido con la aparición de la primera prórroga.

España se había revalorizado tras lo sucedido, pero Australia estaba lejos de decir su última palabra. Kay, como no, tras rebote ofensivo, empataba un parcial de 5-0 en el que la selección amagó con dar el estacazo definitivo a la semifinal. Volvió a tenerlo en sus manos Mills una vez los minutos pasaban sin hacer desaparecer la igualdad manifiesta en el luminoso. Esta vez no falló el base estrella de Australia desde la línea, pero tampoco Marc Gasol con sus respectivos lanzamientos libres. Parecía de cuento, pero la segunda prórroga también iba a hacer acto de presencia para decidir al primer finalista del Mundial.

Magia española en la segunda prórroga

El encuentro se había asegurado ya un hueco de privilegio en la historia de los Mundiales, pero el quinteto de colosos integrado, repetimos, por Ricky Rubio, Sergio Llull, Rudy Fernández, Víctor Claver, y Marc Gasol iba a escalar en el nivel de juego de la selección para, a partir del minuto 45 de partido, instalar el choque también entre los mejores de la historia de España. La sublimación del baloncesto defensivo y ofensivo de la selección respondió a estos cinco nombres y a la más de una decena de suplentes y técnicos que se desgañitaron desde el banco para ofrecer el aliento que les faltaba a los experimentados jugadores que se dejaban el alma sobre la cancha.

Con Marc en modo estelar y muy vigilado, fue Sergio Llull el que, con dos triples, terminó de dar la puntilla a una selección australiana que claudicaba en el último instante, al igual que sucedió en la lucha por el bronce en Río, frente a un combinado histórico que obliga a todo un país a tener una cita con el televisor, el domingo a partir de las 14:00 horas, con un Mundial en juego. España quiere su segunda corona.

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