De Felipe: canterano, madridista y campeón de Europa con el Real Madrid de los ‘yé-yés’

Pedro Eugenio De Felipe Cortés (Madrid, 1944-2016) fue un legendario central del Real Madrid, club en el que militó desde 1964 a 1972. Posteriormente, continuaría su carrera en el Espanyol hasta 1978, donde terminaría retirándose después de que una lesión de menisco sufrida en su único partido con la selección cabara provocando su salida del club madridista.

De Felipe formó parte del Real Madrid de los ‘ye-yés’ que conquistó la sexta Copa de Europa del conjunto blanco en la final de 1966 ante el Partizán (2-1). Además, el mítico central fue una pieza fundamental en la defensa madridista que dominó el fútbol español en la década de los 60, justo después de la generación de Di Stéfano y Puskas y todavía con Gento en el equipo. Fue, además, una vez internacional con la selección española, choque en el que tuvo la mala fortuna de lesionarse el menisco.

En el momento de su marcha del club blanco, De Felipe, además de haber ganado la Sexta Copa de Europa, se despidió con cinco Ligas y una Copaen su palmarés.

Entró en el Real Madrid desde abajo, en la vieja Ciudad Deportiva, en la que entró de pequeño cuando De Felipe era un niño madrileño que soñaba con vestir de blanco. En plena adolescencia, con 16 años, los técnicos de la cantera madridista ya le seguían de cerca por su carácter expeditivo y su contundencia en la defensa. En seguida, los entrenadores vieron el De Felipe al perfecto heredero en el centro de la defensa del mítico Santamaría, que ya empezaba a dar síntomas de envejecimiento.

De la cantera al primer equipo a los 20 años

De Felipe se fue cedido al Rayo Vallecano para curtirse en el fútbol de los mayores y volvería a la casa blanca en 1964 con 20 años directo al primer equipo. Con el Real Madrid debutaría en octubre de ese mismo año en un encuentro ante el Oviedo y así seguiría hasta 1972 como un pilar fundamental en la zaga madridista.

El Chino, como le apodaban sus compañeros en el vestuario por sus ojos rasgados, hizo valer su extraordinaria condición física y su valentía para afianzarse como defensa central titular e indiscutible. “Usted ha venido a hacer lo que sabe. No se complique la vida”, le dijo el técnico Miguel Muñoz como primera enseñanza. Y De Felipe le hizo caso: la única multa que le pusieron como madridista fue por pasar del centro del campo y desobedecerle.

El marcaje a Peiró y la lesión de menisco

Si se puede destacar algún partido en la carrera de De Felipe, ese es el de las semifinales de la Copa de Europa de 1966 contra el Inter de Milán. Ese día tuvo que bailar con Joaquín Peiró, una de las estrellas rivales, que no apareció en el partido dado el buen trabajo del central del Real Madrid, que le secó perfectamente.

La ya mencionada lesión de menisco marcó un antes y un después en su carrera. La ascensión de Benito y un pequeño roce con el presidente, Santiago Bernabéu, fueron determinantes para que terminase saliendo del Real Madrid rumbo al Espanyol, donde colgaría las botas en 1978 a los 34 años.

A partir de ese momento, ejerció como secretario técnico de la entidad blanquiazul y también del Almería. Además, ha sido uno de los agentes de futbolistas más importantes de los últimos años.