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Desmiente supuestos favores arbitrales

Bartomeu: «El hijo de Enríquez Negreira era muy buen profesional…»

Josep María Bartomeu se ha pronunciado por primera vez después de que saliera a la luz el escándalo de los pagos del Barcelona a Enríquez Negreira durante los años 2016 y 2018, en los que ocupaba la presidencia. El que fuera mandatario culé ha reconocido que la relación comercial con la empresa del que fuera número dos de los árbitros en aquella época existía, pero quiere dejar claro que únicamente en concepto de asesoramiento. «Es absolutamente falso y absurdo pensar que compramos a ningún árbitro, no hay nada que esconder», ha defendido.

El Barça desembolsó más de 1,4 millones de euros durante poco más de dos años, aunque el propio Bartomeu reconoce que era una práctica «habitual» del club desde varias décadas antes. Reconoce el ex presidente que el vínculo con DASNIL 95, la empresa de Negreira se remontaría a la época de José Luis Núñez, que dejó la presidencia en 2000.

Sin embargo, Bartomeu defiende la legalidad de los actos del conjunto azulgrana. El que fuera máximo dirigente culé entre 2014 y 2020 confirma la existencia de los informes: «Se entregaban tanto al primer equipo como al Barça B antes de cada partido, para comentar aspectos acerca del árbitro que tocaba». Además, señala que «los entrenadores y los jugadores los agradecían».

Para justificar que los pagos no sirvieron para gozar de los favores arbitrales, Bartomeu se escuda, en una entrevista a La Vanguardia, en la Liga que ganó el Atlético al Barça en el Camp Nou en 2014: «Si hubiéramos influido en los árbitros, no nos hubieran anulado un gol en la última jornada contra el Atlético que nos daba una Liga, es absurdo pensar eso. Y podría poner más ejemplos».

Sobre el hijo de Negreira, que era quien administraba la sociedad que cobró las facturas y el que presuntamente llevaba a los árbitros a los partidos del Camp Nou, apunta que era «muy buen profesional»: «No solo hacía ese tipo de informes, también nos asesoraba en otros asuntos». También se desmarca del caso al afirmar que «apenas tenía contacto» con el que fuera vicepresidente del CTA.

Bartomeu admite, por último, que «los pagos eran altos», pero defiende su legalidad en todo momento. Lo que sí que reconoce es el error «de carácter ético» del Barça, tanto de él como de sus predecesores, por hacerle el supuesto encargo de los informes arbitrales a una empresa cuyo único socio era Enríquez Negreira.