Sólo Torreira y Dembelé acaban contrato en junio

El Atlético tiene blindada a la plantilla de los campeones

El club tiene garantizado el futuro de sus piezas claves como mínimo hasta 2023

Luis Suárez aseguró que se queda una temporada más, aunque en el Atlético no descartan cualquier escenario

El club quiere llevar a cabo un gran traspaso para poder financiar el regreso de Griezmann

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Los jugadores del Atlético levantan el título de Liga. (EFE)
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

No habrá muchas caras nuevas en el Atlético de Madrid 2021-22. Sólo dos jugadores acaban contrato, el uruguayo Torreira y el francés Dembelé, que regresarán a sus clubes tras finalizar un periodo de cesión que en ninguno de los dos casos han aprovechado.

Las piezas claves del vestuario están comprometidas desde 2023 hacia adelante y el único caso problemático es el de Luis Suárez, que acaba en 2022, pero que puede marcharse este verano por voluntad propia, aunque él ayer aseguró que el año próximo continuaría en la plantilla. La idea es traspasar a uno o dos futbolistas y con el dinero que se obtenga financiar el regreso de Griezmann, petición expresa del Cholo Simeone. También vuelve Morata, por el que la Juventus no va a pagar los 10 millones de euros que implica un segundo año de cesión.

El campeón tiene la plantilla de la próxima temporada prácticamente diseñada. Hay que hacer muy pocos retoques salvo que Luis Suárez decida marcharse a Estados Unidos o a alguna Liga que le ponga sobre la mesa un contrato irrenunciable.

El caso de Luis Suárez

Si el uruguayo se queda, como dijo ayer en los micrófonos de Movistar, está solucionado el problema del delantero centro, pero si se va el Atlético queda en la misma situación que cuando ganó la Liga en 2014 y Diego Costa se marchó al Chelsea llevándose consigo los 27 goles que había marcado en el Campeonato. Peor todavía, porque en aquel caso el brasileño dejó 45 millones en caja y ahora Suárez se iría gratis. El club es relativamente optimista sobre la continuidad del pistolero, sobre todo tras sus últimas declaraciones, pero el verano es muy largo y podría haber sorpresas.

En la portería no habrá novedades, aunque ya se trabaja en la ampliación del contrato de Jan Oblak, que finaliza en 2023. El esloveno ha vuelto a ser un jugador decisivo y el club quiere atarlo dos años más. La sintonía es buena por ambas partes. El croata Grbic, que no ha jugado un solo minuto, será su suplente por segunda temporada consecutiva.

En defensa absolutamente todos siguen con contrato en vigor. Además, ninguno de los titulares acaba en 2022. El más problemático es Felipe, al que sí le queda una sola temporada, pero estamos hablando de un jugador de 32 años, cuyo rendimiento en el tramo final ha sido impecable, y cuya renovación no parece que, llegado el caso, que vaya a ser muy complicada.

Trippier ha ampliado automáticamente hasta 2023, periodo en el que también finalizan Savic y Giménez. Hermoso firmó hasta 2024 y Lodi hasta 2025. El club recupera al argentino Nahuén Pérez, que ha jugado 14 partidos con el Granada, y que es una apuesta de Simeone. Podría quedarse en la plantilla, aunque le quiere el Betis, o puede llegar otro central, que hace mucha falta si se va a mantener la defensa de cinco que tan buen resultado le ha dado al Cholo.

Cambios en el lateral derecho

Los cambios en defensa deberían llegar en el lateral derecho. Con Trippier consolidado como titular indiscutible, queda por saber qué pasa con Vrasaljko, con contrato hasta 2022, o con Arias, que regresa tras su cesión al Bayer Leverkusen, que conserva una opción de compra. La solución ideal para el club sería venderlos a los dos y contratar a coste cero al albanés Hysaj, que acaba contrato con el Nápoles y que se adapta a los dos laterales.

En medio campo Kondogbia se ha ganado la continuidad con su buen final de temporada y a Herrera le queda un año de contrato. Torreira vuelve al Arsenal, Koke es indiscutible, al igual que Llorente, al que se quiere ampliar dos años (tiene firmado hasta 2024), y la gran duda es Saúl, cuya temporada ha sido decepcionante. Tiene contrato hasta 2026 y su salario es uno de los más importantes de la plantilla. Si llegara por él una gran oferta de Inglaterra el Atlético estaría abierto a su salida.

Para Simeone sigue siendo un jugador clave, pero el entrenador sabe que por ahí puede sacar financiación para su gran sueño: el regreso de Griezmann. En cualquier caso como mínimo llegará otro medio centro para cubrir la baja de Torreira. El ideal sería Fabián, pero no se puede pagar lo que pide por él el Nápoles. Otra opción es el argentino Lo Celso, que no ha tenido demasiado protagonismo en el Tottenham, pero es una operación complicada.

Griezmann… y Morata

En la delantera todo está marcado por lo que decida Suárez porque a pesar de su edad, encontrar un 9 con este nivel de efectividad sería imposible. En España el que más gusta es el sueco Isak, pero el Dortmund puede repescarlo por 40 millones de euros y podría ser el sustituto de Haaland. Rafa Mir sería un buen suplente, pero ni por asomo puede ser el titular.

En cuanto a Morata, su relación con Simeone acabó erosionada, pero si finalmente Luis Suárez se marchara podría ser una opción viable, aunque lo que quiere el club es traspasarlo. Mientras, Correa, que hace sólo dos veranos estuvo a punto de marcharse al Milan y ser sustituido por Rodrigo, es ahora indiscutible. Tiene firmado hasta 2024 y ya se trabaja en su ampliación, al igual que en la de Carrasco, que también concluye ese mismo año. El argentino y el belga parten se han ganado ser considerados titularísimos.

Faltan los dos casos más problemáticos, Lemar y Joao Félix. El francés ha dado un indiscutible salto de calidad esta temporada, pero tiene muy poco gol. Sería el traspaso ideal para deshacerse de una ficha alta y recuperar los 72 millones que se pagaron al Mónaco por el 70% de sus derechos. En cuanto al portugués, la postura oficial es que es intransferible y que el Atlético confía en que explote la próxima temporada, pero Simeone tiene muy poca fe en el menino y el propio jugador no se encuentra cómodo.

Por supuesto un trueque con el Barcelona por Griezmann está descartado porque hablamos de dos futbolistas con nueve años de edad de diferencia, pero Mendes ya lo está moviendo en el mercado en busca de un club dispuesto a pagar más de 100 millones por él. El problema es que los candidatos se pueden contar con los dedos de una mano e incluso así sobran dígitos.

Las ventas de Joao y Lemar, además de la de Morata o incluso la de Saúl, serían la fuente de financiación del único y gran deseo de Simeone para la próxima temporada, el francés Griezmann. El Cholo sueña con un dibujo en ataque formado por Koke y Llorente en el medio centro, Carrasco y Correa en las bandas, Griezmann en la media punta y Luis Suárez arriba. Es muy, muy difícil, pero no imposible. El principito no ha calado en Barcelona y Laporta necesita desprenderse de salarios altos para afrontar la imprescindible renovación de su plantilla. El jugador sabe que sólo con Simeone volverá a ser feliz y Simeone sabe el rendimiento que puede sacar de él. Será un verano movido en este sentido.

Por último, pero no por ello menos importante, queda por definir el futuro de Simeone, al que le queda un año más de contrato. El club espera poder anunciar pronto su renovación por dos temporadas más, confirmándolo como el timonel de una nave a la que llegó en 2011. Pronto se cumplirá una década y la idea es que la relación se prolongue mucho más en el tiempo. Con ocho títulos a sus espaldas, el Cholo ya es por derecho propio el entrenador más rentable de la historia del Atlético de Madrid, por encima incluso de Luis Aragonés. Prescindir de él sería un error mortal que Miguel Ángel Gil Marín no está dispuesto a cometer.

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