El Atlético se escapa vivo del manicomio

• Tomeu Maura @tomeumaura
• Redactor jefe de Deportes en OKBaleares.
• • 08/12/2024 23:15
  • Actualizado: 08/12/2024 23:15

Atlético y Sevilla jugaron un partido de fútbol en el manicomio, con alternativas y cambios de rumbo constantes y de la locura salió bendecido Griezmann, autor material del gol que completó una remontada que pasará a la historia. El equipo de Simeone perdía 1-3 en el minuto 62, pero acabó ganando en el 94 para sumar su novena victoria consecutiva y plantarse a tres puntos del Barça con un partido menos. El Metropolitano vivió un viaje en montaña rusa de tanta intensidad que es bastante probable que hoy cueste mucho conciliar el sueño, aunque quien tendrá pesadillas será el Sevilla, que necesitará terapia para olvidar una derrotar así.

El Atlético arrancó concediéndole el balón al Sevilla para luego dejarle tiritando al contragolpe. A los cinco minutos Julián le brindó el gol a Griezmann y el francés respondió con un zurdazo tremendo que le sacó astillas al travesaño. La primera ocasión seria de la noche dejó entusiasmada a la grada. A los ocho minutos de nuevo Antoine tuvo el gol. Esta vez tuvo más puntería, pero Álvaro se interpuso para evitar el 1-0, aunque en realidad sólo fue un paréntesis: tras el saque de esquina Lukebakio perdió fura del área y De Paul, atento, recogió el rechace para soltar un disparo ante el que esta vez no hubo respuesta.

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El Atlético se llevó un toque de atención inesperado y con consecuencias porque el gol obró en el Sevilla los mismos efectos la poción mágica en Astérix. El equipo hispalense pasó de verse agobiado a empezar a creer en sus posibilidades superando con relativa facilidad la presión a la que le sometió su rival y alejándolo de la portería de Álvaro. Además, no se quedó ahí: a los 31 minutos Kike Salas combinó con Peque y el balón acabó con un pase al espacio a Isaac Romero, que batió a Oblak con un disparo cruzado. Del 1-0 y la sensación de una goleada al 1-2 sin solución de continuidad.

Gallagher tuvo el empate antes del descanso, pero perdió el equilibrio porque Álvaro le metió el codo en la pierna. Penalti clarísimo que no vieron ni Alberola en el campo ni Pulido Santana en la sala VOR. Además, no fue la última mala noticia de la primera parte porque el VAR anuló por fuera de juego previo de Giuliano un gol de Julián que Simeone llevaba un minuto celebrando. Con un contragolpe de Lukebakio e Isaac que abortó Lenglet se cerró un primer acto frenopático que dejó al Atlético rabioso por lo que había dejado escapar. De nuevo tocaba remontada.

De Giuliano fue la primera ocasión del segundo acto, pero tropezó en Álvaro para aumentar la angustia de un Atlético incapaz de afrontar el partido desde la razón. Pronto tuvo ocasión de comprobar que estaba en el camino equivocado. A los 57 minutos, en la primera incursión del Sevilla en campo adversario, un centro de Kike Salas lo remató a la red en el segundo palo Juanlu. Tres disparos, tres goles. 100×100 de efectividad.

En plena oscuridad, cuando todo parecía perdido, Griezmann elevó los decibelios con un remate de diestra que ahora sí encontró el premio que el francés llevaba mereciendo desde la primera parte. 2-3 y mucho partido aún por delante para agitar la coctelera. Koke y Sorloth se sumaron a la causa y Saúl pisó el campo con una camiseta diferente a la de siempre. Simeone se giró, exorcisó a la grada y el estadio se preparó para jugar a la ruleta rusa.

Con el Atlético lanzado, Sorloth cabeceó al muñeco un pase de gol de Llorente a los 71 minutos cuando lo tenía todo a favor. Repitió tres minutos más tarde para desesperación del Cholo, que mandó al banquillo a Julián y a Giuliano y refrescó la alineación con Correa y Lino disparando la última bala que le quedaba en la recámara. Por tercera vez le cayó un balón al noruego en el área. Por tercera vez remató a las manos de Álvaro. Simeone ya no podía más.

De repente, sin que nadie lo advirtiera, el que apareció fue Samu Lino de la nada para intentarlo desde lejos. La aventura parecía condenada al fracaso, pero esta vez a Álvaro se le apareció la cara oscura de la luna y tras tirarse tarde y mal no pudo evitar que el balón se alojara en la red. 3-3 con diez minutos más la prolongación por delante. La bala de la montaña rusa seguía en el tambor.

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