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CHAMPIONS / JORNADA 3

Al Atlético no le alcanza con la segunda parte

Empata en Glasgow ante el colista y le cede la primera plaza del grupo al Feyenoord

El Celtic le llevó al límite en una primera parte que dejó muy señalado a Galán

El partido iba hacia el 2-3 en la segunda parte, pero De Paul fue expulsado

Al Atlético no le alcanza con la segunda parte y se queda con un punto de su visita a Glasgow prolongando su mala racha forastera en la Champions y entregando la primera plaza del grupo al Feyenoord, que derrotó a la Lazio en Rotterdam con una exhibición de Santi Giménez. El Celtic llevó al límite a los rojiblancos en una primera parte en la que quedó muy señalado Galán, pero en el segundo tiempo estuvo muchos minutos caído sobre la lona, a merced de Griezmann y los suyos, hasta que De Paul cometió un error inesperado y se autoexpulsó dejando al equipo en inferioridad.

El Atlético del 74 aguantó de pie el cero en su portería durante los 90 minutos del choque ante el Celtic. El Atlético del 23, sin embargo, fue vulnerado a los tres minutos de partido. En una acción sin aparente peligro Furuhashi tomó un balón en la banda derecha sin que Galán le apretara, combinó con O´Riley y aprovechando de nuevo la complacencia del lateral rojiblanco se plantó solo ante Oblak, al que batió con facilidad en el área pequeña. Un gol evitable, un pecado imperdonable en una noche de Champions, donde los errores penalizan muchísimo.

El 1-0 cambió el paisaje y obligó al Atlético a asumir un riesgo que no esperaba ante un rival al que todo se le había puesto de cara para explotar la velocidad de sus jugadores asiáticos y la intensidad de un centro de campo dirigido magistralmente por O’Riley. 15 minutos tardó el equipo de Simeone en aparecer junto a Joe Hart, que se mantuvo firme en el primer palo para enviar a córner un disparo de Griezmann tras un pase al espacio de De Paul.

Advirtiendo la debilidad de Galán, Brendan Rodgers tiró a la derecha a Maeda, que llevó al límite al ex-lateral del Celta y obligó a Hermoso a salir al cruce en una acción que hubiera podido dejar a dos jugadores solos ante Oblak. Todo pintaba mal, pero a los 22 minutos De Paul advirtió el desmarque de Nahuel en el área y cuando el lateral recibió fue zancadilleado por Taylor. Penalti claro que transformó Griezmann con suspense porque su primer disparo lo mandó Hart al palo con la fortuna de que el rechace le cayó al jugador francés, que marcó luego a puerta vacía.

Los 900 aficionados del Atlético presentes en el estadio lo celebraron con euforia, pero no les dio tiempo a alegrarse demasiado porque su equipo seguía fuera del partido a pesar del empate. A los 27 minutos Maeda viajó en tren bala por la banda izquierda y su pase al otro palo lo recibió el hondureño Palma, ante el que de nuevo se había desentendido Galán, para soltar un latigazo que golpeó con estrépito el palo contrario al que se encontraba Oblak para acabar incrustándose dentro de la portería.

El resto del primer tiempo se convirtió en un desenfreno porque ni el Celtic se conformó con el 2-1 ni el Atlético se resignó a la derrota. Witsel marcó el 2-2, pero el VAR confirmó su posición de fuera de juego, y en la otra portería Oblak emergió magistral ante un disparo de Maeda. Al descanso se llegó sin más goles pero con dos certezas: que sería difícil que el resultado se mantuviera en la segunda parte y que sería aún más complicado que Galán volviera de los vestuarios. El lateral extremeño debería remar mucho para ganarse otra oportunidad.

Sólo fue necesario esperar 15 minutos para confirmar que a Simeone no le gustaba lo estaba viendo. Saúl y, como no, Galán, dejaron el partido para que entraran Llorente y Riquelme en busca de agitar un dibujo en el que abundaba el verde y escaseaba el rojo. Al Cholo le iluminaron los duendes porque Marcos Llorente fue decisivo en el arranque del segundo tiempo. A los 52 minutos ganó por fuerza un balón en la banda y su pase al segundo palo lo cruzó con la cabeza Morata lejos del alcance de Hart para establecer, ahora sí, el empate a dos.

Con las tablas en el marcador y casi toda la segunda parte por delante el partido entró en una dimensión incierta porque los dos se fueron a por la victoria. Morata hizo intervenir de nuevo a Hart, Oblak llegó al límite para despejar con la cabeza ante el diablo japonés Maeda y al paso por el minuto 63 un disparo lejano de un desbocado Llorente se quedó a un palmo de la red, tras un rebote en Taylor. El resultado era tan incierto como imposible de acertar. El partido podía caer de cualquier lado.

Insatisfecho con el empate y advirtiendo los primeros síntomas de cansancio en el Celtic, Simeone invocó el espíritu creativo de Correa en busca de un plus de genialidad que pudiera decantar la balanza. El Atlético empezó a imponerse físicamente y se preparó para afrontar con ventaja la recta final de un partido que había mutado su piel para teñirse de rojo. Correa respondió a la confianza del Cholo con un disparo a la media vuelta que detuvo con la pierna Hart mientras el estadio guardaba silencio.

Todo pintaba al 2-3, pero de repente, en un contragolpe escocés, De Paul levantó la pierna demasiado y el árbitro no le perdonó. El Atlético se quedó con diez jugadores y una baja sensible para el choque de vuelta. El Celtic regresó de entre los muertos y con más de diez minutos por delante el empate empezó a cobrar cierto valor para Simeone. Brendan Rodgers, lógicamente, intentó aprovechar su ventaja y acabó el partido acosando a Oblak, pero sin la puntería necesaria como para modificar el resultado.