Curiosidades
Trucos

El truco japonés que funciona en cocinas pequeñas: es perfecto si buscas ahorrar espacio

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En Japón, donde muchas viviendas apenas alcanzan los 20 m², el aprovechamiento del espacio es casi un arte. Con el paso del tiempo, los japoneses han desarrollado soluciones inteligentes para mantener el orden en la cocina y lograr que todo esté a mano sin que la estancia resulte caótica. Entre ellas, destaca un truco japonés para ahorrar espacio que ha ganado popularidad en todo el mundo y cada vez más diseñadores de interiores recomiendan: organizar en vertical con el principio del «menos pero mejor».

Este método combina el aprovechamiento vertical de las paredes con la filosofía minimalista japonesa. El resultado es una cocina despejada, funcional y agradable, incluso en espacios muy reducidos. Además de ahorrar espacio, adoptar este truco japonés también mejora el bienestar emocional. Diversos estudios han demostrado que mantener la cocina ordenada reduce la ansiedad y mejora la armonía con el entorno.

El truco japonés para ahorrar espacio

Este método se basa en dos principios fundamentales. Por un lado, utilizar las paredes y el espacio vertical para colgar, apilar y organizar utensilios. Y, por otro lado, aplicar el principio de selección consciente, es decir, quedarte sólo con lo esencial y guardarlo de forma que esté siempre a mano. En lugar de llenar los cajones y saturar la encimera, los japoneses optan por sistemas de almacenaje vertical, como barras metálicas con ganchos, estantes flotantes y organizadores que aprovechan todo el espacio desde el suelo hasta el techo.

Sin lugar a dudas, la principal ventaja que ofrece este método es que, al despejar la encimera, se gana espacio para cocinar. Asimismo, el hecho de ver cada utensilio en su sitio genera calma y ayuda a organizar los pensamientos, al tiempo que aporta seguridad y confianza. El desorden visual genera una gran sobrecarga cognitiva, mientras que una cocina despejada produce una sensación de orgullo y satisfacción, que se refleja en el estado de ánimo.

Cómo aplicar este método

  1. El primer paso es eliminar lo que no usas. Abre cajones y armarios, y pregúntate: «¿de verdad necesito este tercer colador o esa sartén que nunca uso?» El truco japonés para ahorrar espacio en la cocina apuesta por quedarse sólo con lo indispensable.
  2. Una vez te hayas quedado sólo con aquellos objetos que utilizas con frecuencia, instala barras metálicas con ganchos sobre la encimera o en los laterales de los muebles. Puedes aprovecharlos para guardar espátulas, coladores o tazas. De esta manera, todo queda a la vista y ordenado sin ocupar espacio en el interior de los armarios y cajones.
  3. También puedes añadir estantes flotantes para colocar especias, pequeños tarros o utensilios de uso diario. Juega con la estética japonesa utilizando recipientes de cristal o cerámica que aporten elegancia y funcionalidad.
  4. Otra idea muy popular en Japón es colocar organizadores en el interior de las puertas de armarios o en la nevera. Son ideales para tapas, tablas de cortar o bolsas reutilizables.
  5. También es una excelente opción dividir verticalmente los armarios para aprovechar su altura con separadores o baldas adicionales. Así evitas apilar platos o tazas de manera inestable.

Más allá del orden vertical, existen otras soluciones para que la cocina luzca más espaciosa, ordenada y equilibrada. Uno de los principales problemas de las cocinas pequeñas es la acumulación de objetos en encimeras, armarios y cajones. Los japoneses aplican una lógica distinta: la rotación estacional. La idea es sencilla: durante el verano, guardan en otro espacio utensilios que no se utilizan, como ollas grandes para guisos de invierno o bandejas de horno para recetas navideñas. En cambio, durante el invierno, se guardan batidoras para smoothies fríos, moldes de helado o accesorios de barbacoa.

Otra lección que podemos aprender del país asiático es apostar por la multifuncionalidad. En lugar de tener un aparato distinto para cada receta (por ejemplo, una sandwichera, una máquina de donuts, una de gofres y otra de crepes), prefieren invertir en herramientas que cumplan varias funciones. Un buen ejemplo son las ollas eléctricas multifunción que cuecen, guisan, hornean y hasta funcionan como vaporera.

La estética japonesa también cumple un papel clave en la percepción del espacio. En cocinas pequeñas, los colores claros ayudan a reflejar mejor la luz, haciendo que la estancia se vea más grande y limpia. A esto se suma el uso de madera natural o materiales que la imiten, aportando calidez. Muchos hogares combinan encimeras blancas o de piedra clara con muebles de madera clara.

En Japón, donde se cuida mucho la atmósfera de cada estancia, se apuesta por una iluminación estratégica que aporte funcionalidad y cree confort visual. En lugar de depender solo de una lámpara central, es aconsejable colocar tiras LED bajo los muebles altos, lámparas colgantes pequeñas o focos empotrados en zonas específicas.

En definitiva, este truco japonés no sólo busca ahorrar espacio físico, sino también transformar la manera en que vivimos y disfrutamos de nuestro hogar, convirtiéndolo en un lugar mucho más armonioso, funcional y agradable.