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El truco del vinagre en las patatas fritas que usan en los restaurantes que te va a cambiar la vida

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Conseguir unas patatas fritas crujientes por fuera y suaves por dentro es un objetivo que muchos cocineros, tanto profesionales como aficionados, buscan alcanzar. Aunque existen diversos métodos para mejorar la textura de las patatas fritas, lo que realmente marca la diferencia es el truco del vinagre que utilizan muchos restaurantes. Esta técnica, sencilla pero efectiva, ayuda a potenciar la textura y darles ese toque crujiente que tanto nos gusta.

Además de ser un alimento delicioso y versátil, la patata aporta numerosos beneficios a la salud. Es una excelente fuente de vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina C, vitaminas del grupo B y folato. También contiene antioxidantes que contribuyen a la protección celular y ayudan a mejorar la salud cardiovascular y digestiva. Su contenido en fibra favorece la digestión y regula los niveles de azúcar en sangre. Asimismo, algunas investigaciones sugieren que el folato presente en la patata podría desempeñar un papel en la prevención de ciertos tipos de cáncer.

Truco del vinagre en las patatas fritas

El truco consiste en remojar las patatas en una mezcla de agua con vinagre blanco antes de freírlas para reducir la cantidad de almidón, lo que favorece la formación de una costra dorada y crujiente en el exterior. Esta técnica no sólo mejora la textura, sino que también realza el sabor natural, consiguiendo un resultado que se asemeja al de los mejores restaurantes. Los pasos a seguir son muy sencillos:

  1. Para una cocción homogénea, corta las patatas en tiras del mismo tamaño. Esto evitará que algunas se cocinen más rápido que otras.
  2. Coloca las patatas en un recipiente con agua fría, agrega una cucharada de vinagre blanco y una pizca de sal. Déjalas en remojo durante unos 10 minutos. Este paso ayuda a eliminar parte del almidón y facilita la formación de una capa crujiente.
  3. Una vez transcurrido el tiempo de remojo, escúrrelas bien y sécalas con papel absorbente. Este paso es crucial, ya que el exceso de agua puede provocar salpicaduras peligrosas al freír y afectar la textura final de las patatas.
  4. Para obtener la mejor textura, es recomendable freír las patatas en dos etapas. Primero, sumérgelas en aceite caliente a una temperatura moderada (aproximadamente 140°C) y fríelas hasta que estén tiernas pero sin dorarse. Luego, retíralas del aceite y déjalas enfriar. En la segunda fritura, aumenta la temperatura del aceite a unos 180°C y fríelas hasta que adquieran un tono dorado y una textura crujiente.

Si prefieres una opción con menos grasa, puedes aplicar el truco del vinagre en las patatas fritas utilizando una freidora de aire. El proceso es similar: primero cocina las patatas a una temperatura baja y, luego, aumenta el calor para que adquieran una textura crujiente. De esta manera, disfrutarás de unas patatas doradas y sabrosas sin necesidad de sumergirlas en aceite.

El uso del vinagre en la preparación de las patatas fritas mejora su textura, y también aporta un ligero toque de sabor, realzando sus notas naturales. Por esta razón, es un truco ampliamente utilizado por chefs de todo el mundo, demostrando que la innovación en la cocina no siempre requiere de ingredientes sofisticados o técnicas complicadas.

La próxima vez que decidas hacer patatas fritas en casa, prueba el truco del vinagre y notarás la diferencia. Con una textura crujiente por fuera, un interior suave y un sabor potenciado, podrás disfrutar de una experiencia gastronómica digna de un restaurante de primer nivel. ¡Anímate a probarlo y sorprende a todos con el resultado!

Los truco de cocina más sorprendentes

La cocina es un arte lleno de secretos que pueden hacer que la preparación de los alimentos sea más sencilla, rápida y deliciosa.

Uno de los trucos más sorprendentes es agregar una pizca de bicarbonato de sodio al agua cuando se hierven verduras verdes, como espinacas o brócoli, ya que esto ayuda a mantener su color vibrante y su textura crujiente. Asimismo, si quieres pelar ajos sin esfuerzo, basta con colocar los dientes dentro de un frasco con tapa, agitarlo enérgicamente durante unos segundos y verás cómo la piel se desprende sola.

Por otro lado, si te has pasado con la sal en un guiso, puedes solucionarlo colocando una patata pelada dentro de la cazuela, ya que absorberá el exceso de sal. En cuanto a la conservación de frutas y verduras, envolver los plátanos en papel film por la parte del tallo retrasa su maduración y evita que se pongan negros demasiado rápido. Además, si quieres evitar que las cebollas te hagan llorar, un buen truco es meterlas en el congelador durante unos minutos antes de cortarlas o mojarlas con agua fría, lo que reduce la liberación de los compuestos irritantes.

Finalmente, para que el aguacate no se oxide una vez abierto, lo mejor es dejar el hueso en la mitad que no se va a consumir o frotarlo con un poco de jugo de limón. Con estos trucos, cocinar se vuelve más sencillo.