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¿Pueden multarnos si conducimos con tacones?

Aunque el calzado plano es el más recomendado para conducir, algunas mujeres prefieren hacerlo en tacones, pero ¿existe entonces riesgo de multa?

conducir con tacones
¿Qué ocurre si conducimos con tacones?

A la hora de ponerse al frente de un vehículo lo más aconsejable es llevar siempre un calzado cómodo para conducir sin problema, pero existe cierta polémica con respecto al uso de los tacones mientras se conduce, ya que hay mujeres que los consideran de lo más cómodos, mientras que otras consideran que es toda una temeridad, pero ¿qué pasa si nos paran y nos ven conduciendo con tacones? ¿Nos pueden poner una multa?.

¿Pueden multarnos si conducimos con tacones?

conducir con tacones

Lo ideal, según aconseja la Dirección General de Tráfico y según se explica también en las autoescuelas, es conducir siempre con un zapato plano o unas deportivas ya que solo así, podremos accionar los pedales del coche con precisión y sin dificultad, mientras que hacerlo con tacones supone todo lo contrario, pero ¿está prohibido?.

Lo cierto es que no, de hecho en el Reglamento General de Circulación, no existe claramente la prohibición de conducir con tacones y de hecho, no encontramos regla alguna en la que se haga referencia al calzado, aunque en artículo 18.1 sí que se señala que el conductor “está obligado a mantener su propia libertad de movimientos” que garantice su seguridad y la de los acompañantes, de modo que en este sentido el tipo de calzado que llevemos puesto sí que podría afectar.

De este modo, si nos dan el alto en un control o de repente un agente de tráfico nos para, estará en su mano interpretar si nos multa o no por llevar tacones mientras se está conduciendo y en el caso de interpretar que este calzado es un riesgo para la seguridad vial, puede poner una multa que alcance hasta los 200 euros como máximo.

Quizás para muchas mujeres lo de conducir con tacones, no suponga riesgo alguno o de hecho les sea incluso algo que dominan a la perfección, pero lo cierto es que llevando cualquier zapato de tacón, el pie queda oprimido, y en una posición nada manejable, por no olvidar que al tener el pie rígido y en constante tensión sobre el pedal, es posible acabar con los músculos de la pierna cargados y con ello, que se produzcan calambres, algo que podría traducirse en un accidente o en una auténtica dificultad para conducir correctamente.

Y no olvidemos otros factores que podrían jugarnos una «mala pasada» por llevar tacones, como por ejemplo que tengamos un agujero en la alfombrilla del coche que podría hacer que el tacón se enganche y que no podamos reaccionar con rapidez en el caso de tener que usar el pedal.

Los tacones parecen ser en definitiva poco recomendables para conducir, pero no debemos olvidarnos de otro calzado que también supone un riesgo: nos referimos como no, a las chanclas de verano. De este modo tanto para uno como para los otros, quizás la mejor opción es llevar un par de zapatos planos en el coche, para usarlos mientras conducimos y después, volver a colocarnos los tacones o las chanclas cuando salgamos del coche.

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