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El peligroso gesto que todos hacemos en los bares: advertencia de los expertos

Este es el gesto que haces en los bares y es de lo más peligroso para tu salud

Una experta analiza cada uno de los fármacos para la obesidad: así es como se deben usar

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Hay un gesto que todos hacemos en los bares que puede llegar a ser especialmente peligroso según los expertos. A la hora de usar un inodoro público el riesgo de contraer determinades enfermedades puede ir en aumento, especialmente si estamos ante un elemento que puede cambiarlo todo. Nuestra salud se puede ver afectada por algo que todos hemos hecho, utilizar un lavabo público que usan cada día decenas o incluso cientos de personas, dependiendo de la hora a la que vamos.

A la hora de salir de casa, miraremos a nuestro alrededor, podemos estar en un bar de 10 mesas, uno o dos de sus miembros seguro que irá al baño en algún momento. Por lo que, usará el mismo elemento que podemos emplear durante el día o la noche. Un lavabo público no es como el de casa, allí lo usan como máximo 4 personas o los que vivan en casa, durante una semana, un número de veces, antes de que se limpie. En un lugar público a no ser que haya una limpiadora de forma constante, es casi imposible que esté lo suficientemente limpio para no correr un riesgo al usarlo.

Los expertos lanzan una advertencia

La manera en la que vamos a usar este elemento puede acabar siendo el que marque una diferencia importante. Sin duda alguna, estamos ante una forma de ir al baño que puede incluso enfermarnos. En caso de que no sigamos unas advertencias que los expertos lanzan en todo momento.

Durante la pandemia nos dimos cuenta de la importancia de lavarnos las manos y de no tocar determinados elementos. Ir por la calle o apoyarse en una barandilla o un semáforo, podría significar tocar algo infectado por una persona o varias que han realizado el mismo gesto.

Lo mismo sucede en un baño público que, aunque se vea limpio y seguramente lo esté, nos aporta un riesgo elevado a la hora de contraer determinadas enfermedades que debemos tener en cuenta y que quizás hasta ahora nunca hubiéramos esperado. Es momento de empezar a pensar en todo lo que tenemos por delante y cómo afrontarlo.

Un reciente estudio ha mostrado qué pasa cuando tiramos de la cadena con la tapa bajada o subida. Un pequeño gesto que puede cambiarlo todo y que quizás no hacemos. A partir de ahora quizás la manera de usar el inodoro fuera e incluso dentro de casa cambie por completo.

Todos lo hacemos en los bares y es un gesto muy peligroso

Este gesto que todos hacemos en los bares puede ser especialmente peligroso, si seguimos algunas normas que quizás hasta ahora no hemos tenido en cuenta, nos ahorraremos más de un problema de salud que debemos tener en cuenta, antes que nada.

Tal y como nos dicen estos expertos: «Utilizando láseres de color verde brillante y equipos de cámara, un equipo de ingenieros de la Universidad de Colorado en Boulder realizó un experimento para revelar cómo las diminutas gotas de agua, invisibles a simple vista, se expulsan rápidamente al aire cuando se tira de la cadena de un inodoro público sin tapa. Ahora publicado en Scientific Reports, es el primer estudio que visualiza directamente la columna de aerosol resultante y mide la velocidad y la propagación de las partículas en su interior.  Se sabe que estas partículas en aerosol transportan patógenos y podrían suponer un riesgo de exposición para los usuarios de los baños públicos. Sin embargo, esta visualización vívida de la posible exposición a enfermedades también proporciona una metodología para ayudar a reducirla. “Si es algo que no se puede ver, es fácil fingir que no existe. Pero una vez que se ven estos videos, nunca más se vuelve a pensar en la descarga del inodoro de la misma manera”, dijo John Crimaldi , autor principal del estudio y profesor de ingeniería civil, ambiental y arquitectónica. “Al crear imágenes visuales espectaculares de este proceso, nuestro estudio puede desempeñar un papel importante en los mensajes de salud pública».

Siguiendo con la misma explicación: «Los investigadores saben desde hace más de 60 años que, cuando se tira de la cadena del inodoro, los sólidos y los líquidos descienden como está previsto, pero también se liberan partículas diminutas e invisibles al aire. Estudios anteriores han utilizado instrumentos científicos para detectar la presencia de estas partículas suspendidas en el aire sobre los inodoros que se tiran de la cadena y han demostrado que las más grandes pueden caer en las superficies circundantes, pero hasta ahora, nadie entendía cómo eran estas columnas ni cómo llegaban allí las partículas. Comprender las trayectorias y velocidades de estas partículas (que pueden transportar patógenos como E. coli, C. difficile, norovirus y adenovirus) es importante para mitigar el riesgo de exposición mediante estrategias de desinfección y ventilación o un mejor diseño de los inodoros y las cisternas. Si bien el virus que causa la COVID-19 (SARS-CoV-2) está presente en los desechos humanos, actualmente no hay evidencia concluyente de que se propague de manera eficiente a través de los aerosoles del inodoro. “La gente sabía que los inodoros emitían aerosoles, pero no los veían”, dijo Crimaldi. “Hemos demostrado que se trata de una columna de humo mucho más enérgica y que se propaga con mayor rapidez de lo que creían incluso las personas que sabían de su existencia”.  El estudio descubrió que estas partículas suspendidas en el aire se disparan rápidamente, a velocidades de 2 metros por segundo, y alcanzan 1,5 metros por encima del inodoro en 8 segundos. Si bien las gotas más grandes tienden a depositarse en las superficies en cuestión de segundos, las partículas más pequeñas (aerosoles de menos de 5 micrones, o una millonésima parte de un metro) pueden permanecer suspendidas en el aire durante minutos o más.  Los usuarios del baño no solo deben preocuparse por sus propios desechos. Muchos otros estudios han demostrado que los patógenos pueden persistir en la taza tras decenas de descargas, lo que aumenta el riesgo de exposición potencial».