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Madrid

El parque a 20 minutos del centro de Madrid que casi nadie conoce

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A sólo 20 minutos en coche del ajetreado centro de Madrid, se encuentra el parque de Polvoranca, un auténtico refugio natural poco conocido. Este extenso espacio verde, que abarca 150 hectáreas, se encuentra entre los municipios de Leganés, Alcorcón, Fuenlabrada y Móstoles, y es el destino ideal para quienes desean escapar del ritmo acelerado de la ciudad y sumergirse en la serenidad de la naturaleza. En el corazón del parque se encuentra la laguna de Mari Pascuala, un hermoso cuerpo de agua que se convierte en el principal atractivo del lugar. Además, el parque alberga dos lagunas más pequeñas, cada una con su particular encanto, que fascinan a los amantes de la naturaleza.

La biodiversidad es uno de los aspectos más destacados de Polvoranca, con más de 400 especies vegetales y una variada fauna, especialmente aves, lo que lo convierte en un lugar privilegiado para el avistamiento de éstas. No sólo es un sitio para pasear o relajarse, sino que el Centro de Educación Ambiental del Parque de Polvoranca ofrece diversas actividades educativas, incluyendo talleres y visitas guiadas, promoviendo el contacto con el entorno natural. Este espacio, que anteriormente fue un terreno degradado, ha sido rehabilitado para convertirse en un referente educativo que fomenta el respeto por el medio ambiente. Polvoranca es, sin duda, un lugar perfecto para desconectar y disfrutar del aire puro a un paso de la ciudad.

Parque de Polvoranca

El Parque de Polvoranca se encuentra sobre los vestigios de la antigua aldea de Polvoranca, que emergió en la Edad Media y más tarde se convirtió en un mayorazgo. Su economía se basaba en la agricultura y la ganadería, pero hoy sólo quedan ruinas de la iglesia de San Pedro y algunos cimientos de las casas que allí existieron.

A lo largo del siglo XIX, la población abandonó la aldea, que fue oficialmente incorporada a Leganés en 1849, cayendo en el desuso y convirtiéndose en un lugar considerado maldito en la memoria popular.

La construcción del parque comenzó en 1986, sobre lo que anteriormente eran campos de cultivo de cereales. El núcleo del parque gira en torno a la laguna de Mari Pascuala, situada al noroeste y de la cual brota el arroyo de la Recomba, que da paso a otra laguna más pequeña. Ésta última, natural y rica en vegetación ribereña, es el hábitat de diversas especies de fauna y flora.

Entre los elementos más destacados del parque se encuentran las ruinas de la iglesia de San Pedro, una construcción barroca del siglo XVII, que muestra la historia del lugar. Además, el parque cuenta con varios jardines temáticos, un arboreto y un jardín botánico que alberga más de 400 especies vegetales.

Lago de Mari Pascuela

Ésta es la zona más concurrida del parque. Esta antigua laguna, que da origen al río Recomba, se ha transformado en un lago artificial de ocho hectáreas. En su entorno, los visitantes pueden disfrutar de diversas comodidades, como fuentes de agua potable, áreas de picnic, columpios, aseos y un chiringuito con terraza que ofrece raciones, bocadillos y pizzas, así como carne a la barbacoa en temporada. La actividad es constante: pescadores, observadores de aves con prismáticos y escolares haciendo piragüismo pueden ser vistos a lo largo del lago.

Iglesia de San Pedro

En 1655, se construyó la Iglesia de San Pedro Apóstol, un notable ejemplo de estilo barroco, que hoy se erige como símbolo del parque. A pesar de su importancia histórica y las propuestas de restauración, su deterioro continúa, con un intento fallido de restauración en 2005 que reveló restos humanos, deteniendo el proyecto. Actualmente, está incluido en la lista roja de Hispania Nostra, que denuncia el abandono de patrimonio histórico.

‘Pueblo maldito’

La decadencia del pueblo de Polvoranca empezó debido a las enfermedades causadas por la humedad de sus lagunas. Entre los siglos XVIII y XIX, los habitantes comenzaron a migrar hacia las cercanas localidades de Leganés y Fuenlabrada, que estaban en pleno auge. En 1818, el pueblo fue anexado a Leganés, y la situación empeoró con una severa hambruna en 1857. Finalmente, en 1868, tras sufrir epidemias de fiebre palúdica, los últimos residentes abandonaron sus hogare,.

Este abandono dio lugar a la fama de maldito del lugar, alimentada por leyendas de túneles que supuestamente conectan Polvoranca con el centro de Leganés, donde se dice que hay monedas de oro. Durante los años sesenta del siglo XX, el área se convirtió en un vertedero de escombros de la expansión urbanística, un problema que persiste. En la década de 1970, las ruinas de la iglesia fueron ocupadas por indigentes y se talaron chopos junto a la laguna de Mari Pascuala.

En 1987, comenzaron las obras para transformar la zona en el parque actual, inaugurándose el Centro de Educación Ambiental (CEA) una décadadespués. Aunque se espera que la iglesia se convierta en un centro de interpretación, su acceso está prohibido por riesgo de derrumbe.