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La OCU alerta de la retirada de una conocida marca de regaliz

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los fabricantes tienen la responsabilidad legal de que los alérgenos aparezcan detallados en la lista de ingredientes de los productos, facilitando así su identificación para los consumidores. Sin embargo, en ocasiones se producen errores en la manipulación o envasado, lo que puede resultar en la presencia no declarada de alérgenos en un determinado producto.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) emite alertas específicas sobre estas situaciones, y en OCU se encargan de difundirlas para informar a los consumidores sensibles o alérgicos sobre los productos afectados. Para el resto de consumidores, el consumo de estos productos no representa ningún tipo de riesgo para la salud.

Cuando una empresa detecta que los alimentos bajo su responsabilidad no son seguros, es esencial que tome medidas inmediatas. En primer lugar, debe informar inmediatamente a las autoridades sanitarias sobre el problema identificado y retirar del mercado el alimento afectado para evitar riesgos adicionales. Es fundamental cooperar estrechamente con las autoridades en todas las acciones que emprendan para mitigar los riesgos detectados. Además, en caso necesario, debe informar a los consumidores sobre la retirada del producto del mercado, proporcionando una explicación clara de los motivos.

La alerta de la OCU sobre esta conocida marca de regalices

En esta ocasión, La Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) y otras organizaciones han alertado sobre una irregularidad en el etiquetado del Se trata del producto Megaliz Relleno de MIGUELAÑEZ. El problema radica en la solapa de cartón que acompaña al envase de plástico. En dicha solapa se menciona incorrectamente la mención «Sin gluten», a pesar de que el producto contiene harina de trigo (gluten), como indica la lista de ingredientes.

La notificación no especifica lotes específicos, por lo que cualquier envase podría estar afectado. El fabricante ha sido quien ha identificado el problema, y posteriormente ha emitido la alerta y retirado el producto del mercado para corregir el error.

Aunque el consumo de estos regalices no representa un riesgo para la población en general, se recomienda que las personas celíacas o con sensibilidad al gluten eviten su consumo.

Red de Alerta Alimentaria de AESAN

El Codex Alimentarius representa un esfuerzo conjunto entre la FAO y la OMS para establecer normativas alimentarias internacionales. La Comisión del Codex Alimentarius (CAC) es el órgano principal encargado de la toma de decisiones, delegando en sus comités la elaboración de proyectos de normas y otras actividades relacionadas.

Como punto de contacto del Codex en España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) despliega un papel crucial como vínculo directo con la Secretaría del Codex Alimentarius, siguiendo los protocolos establecidos en su manual de procedimiento.

La red de alerta alimentaria de la AESAN constituye un entramado crucial para salvaguardar la salud pública y gestionar los riesgos asociados a los alimentos. Este sistema, basado en la legislación nacional y europea, junto con la colaboración de organismos como la , coordina diversas redes de alerta a nivel nacional, europeo y global.

Dentro de este contexto, los operadores económicos tienen responsabilidades específicas. Según el Reglamento (CE) Nº 178/2002, si un operador detecta o sospecha que un alimento no cumple con los estándares de seguridad, debe tomar medidas inmediatas. Estas acciones incluyen retirar del mercado los productos afectados, informar a las autoridades pertinentes, compartir información para la trazabilidad y cooperar con otras entidades involucradas.

Es crucial diferenciar entre la «retirada del mercado» y la «recuperación del producto». La retirada implica evitar la distribución de un producto no conforme antes de que llegue al consumidor, mientras que la recuperación se refiere a la retirada de productos ya en manos de los consumidores, acompañada de una notificación efectiva para evitar su consumo.

En caso de detectarse un problema, la comunicación con las autoridades competentes varía según el tipo de empresa. Las empresas de distribución deben contactar con la autoridad de la comunidad autónoma donde esté ubicada su sede social, mientras que los establecimientos elaboradores deben informar a la autoridad competente de la comunidad autónoma donde se encuentre el establecimiento.

La información proporcionada a las autoridades competentes debe ser completa y detallada, incluyendo datos sobre el producto y el establecimiento de destino. Esta colaboración es esencial para gestionar eficazmente cualquier situación de riesgo alimentario y proteger la salud de los consumidores.

Con el objetivo de agilizar el intercambio de información vital, AESAN ha colaborado con varias asociaciones del sector alimentario en España para desarrollar un modelo estándar para la transmisión de datos. Este modelo, que se recomienda ampliamente su uso, establece los detalles mínimos que deben incluirse en las comunicaciones con las autoridades competentes.