Ni doblados ni en bolsas al vacío: el truco japonés para guardar los abrigos y ganar espacio en tu armario


Con la llegada del frío, los abrigos vuelven a ocupar su sitio en el armario, y con ellos llega también el eterno dilema del espacio; lo que parecía un armario ordenado en verano se convierte en un verdadero campo de batalla. Sin embargo, en los hogares japoneses, donde el espacio es un bien escaso, existe un truco muy sencillo y eficaz para guardar los abrigos.
En Japón, la organización del hogar no se concibe simplemente como una cuestión estética, sino como una forma de armonía y equilibrio. A diferencia de la costumbre occidental de mantener toda la ropa a la vista, la filosofía japonesa se basa en la rotación estacional y la ligereza visual. Se trata, en definitiva, de un cambio de mentalidad que transforma el armario en un espacio ordenado y funcional.
El truco japonés para guardar los abrigos
El método es tan simple como efectivo. No se trata de doblar los abrigos ni de guardarlos al vacío. El enfoque japonés se basa aprovechar el espacio vertical y utilizar materiales transpirables. Antes de empezar, saca todos los abrigos del armario y revisa cuáles has utilizado el último invierno. Aquellos que ya no te pones, puedes donarlos o, si están muy deteriorados, tirarlos.
Una vez te quedes con los abrigos que realmente quieres, el siguiente paso es agruparlos en cuatro categorías: entretiempo, invierno, formales o deportivos. Los que más utilices puedes dejarlos a la vista; el resto, guárdalos. Los hogares japoneses no utilizan bolsas al vacío, sino fundas de lino o algodón, dos tejidos naturales que permiten que el aire circule y, por ende, evitan la condensación. Esto es fundamental para prevenir la aparición de moho.
Aunque las bolsas al vacío parecen una solución rápida, no son adecuadas para abrigos de lana, plumón o tejidos naturales. Al comprimir la prenda, se aplastan las fibras, se pierde la forma y, en algunos casos, se daña el relleno. Además, al no circular el aire, puede acumularse humedad, lo que favorece la aparición de hongos y malos olores. El truco japonés propone lo contrario: las prendas deben tener espacio para respirar, y el armario debe mantenerse limpio y ventilado.
Los abrigos que no vas a usar hasta que lleguen los meses más fríos puedes guardarlos en bolsas o cajas de tejidos transpirables o que tengan pequeñas aberturas, y ponerlas en la parte superior que quede. Mientras, los abrigos que vas a usar ahora, debes colgarlos en perchas de terciopelo, que evitan que las prendas se deslicen y ocupan menos espacio. Los abrigos más pesados cuélgalos en los extremos, dejando los más ligeros al centro.
Un truco muy popular en Japón consiste en enganchar una percha de otra, utilizando un gancho o incluso una anilla de lata, creando una disposición en cascada. Así se pueden colgar dos o tres prendas en el espacio de una, sin que se arruguen.
El efecto psicológico del orden
Más allá de la eficiencia, este método también tiene un componente emocional. En la cultura japonesa, mantener el orden en el espacio personal se asocia a un mayor bienestar mental. Liberar espacio favorece la calma y permite tomar decisiones con más claridad cada mañana.
En Japón, esta práctica se combina con una mentalidad más consciente: no se trata de tener más ropa, sino de usar la que ya se tiene de una manera inteligente. Mantener el armario ordenado facilita el día a día, alarga la vida útil de las prendas y transmite una sensación de calma. A menudo, los detalles más simples son los que logran los mayores resultados.
- Una tira de luz LED en el interior del armario puede parecer un detalle menor, pero cambia por completo la experiencio. Permite ver mejor los colores y las texturas de las prendas, evita rebuscar en la oscuridad y ayuda a mantener el orden. Además, los modelos con sensor de movimiento solo se encienden cuando se abre la puerta.
- Los separadores de barra son muy útiles para organizar por categorías: abrigos ligeros, gruesos, formales o de diario. También contribuyen a mantener una distribución visual más limpia.
- Sustituir las perchas desparejadas por un mismo modelo aporta armonía inmediata. Las perchas de terciopelo, además de ocupar menos espacio, evitan que los abrigos se deslicen o se deformen
- Para mantener el interior fresco sin usar productos químicos, basta con colocar bolsitas de arroz con unas gotas de aceite esencial, ramas secas de lavanda o pequeños saquitos de cedro. Además de perfumar, actúan como repelente natural contra la humedad y los insectos.
El truco japonés para guardar los abrigos no consiste en doblarlos ni en guardarlos en bolsas al vacío, sino en darles espacio, permitir que respiren y mantener el orden como una forma de bienestar. En tiempos donde las prisas y el ruido dominan, un armario ordenado puede ser el primer paso hacia un hogar más tranquilo y consciente.