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La gente está poniendo bolas de papel albal en el congelador y es el mejor truco para sobrevivir al verano

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El verano trae consigo muchas cosas buenas: días más largos, vacaciones, helados, piscina… pero también ciertos inconvenientes que afectan directamente a nuestro hogar. Uno de ellos, tan molesto como habitual, es la acumulación de hielo en el congelador. Aunque existen muchos métodos para combatir este problema, hay uno que destaca por su sencillez y efectividad: colocar bolas de papel albal en el congelador.

Antes de hablar del truco en sí, es importante entender el problema que queremos resolver. La formación de escarcha o hielo en el congelador se debe a la humedad que entra en el interior cada vez que se abre la puerta. Esta humedad se condensa con las bajas temperaturas y termina convirtiéndose en una capa de hielo que se adhiere a las paredes o a los cajones. Al tener que trabajar más para mantener la temperatura adecuada, consume más electricidad. Además, un congelador lleno de escarcha conserva peor los alimentos, comprometiendo su calidad.

¿Por qué todo el mundo está colocando bolas de papel albal en el congelador?

Aunque normalmente lo usamos para envolver alimentos o cocinar al horno, el papel de aluminio también puede desempeñar un papel muy útil en la lucha contra la escarcha. Y es que su superficie lisa y su capacidad para reflejar el frío ayudan a prevenir la acumulación de hielo en ciertas zonas del congelador.

Una de las formas más prácticas de aplicar este truco es haciendo pequeñas bolas con el papel albal y colocándolas en las esquinas del congelador. ¿Por qué ahí? Porque normalmente las esquinas son los puntos donde más humedad se acumula y donde empieza a formarse el hielo. Estas bola actúan como barreras físicas que dificultan que el agua se asiente y se convierta en escarcha.

Para hacerlo correctamente, coge un trozo de papel de aluminio de unos 30 x 30 cm, enróllalo formando una bola del tamaño de una nuez y colócala en una esquina limpia y seca del congelador. Puedes repetir el proceso en cada una de las esquinas. La idea no es ocupar espacio, sino colocar un elemento que ayude a prevenir la condensación.

Otra alternativa es forrar ciertas zonas del congelador (especialmente las paredes o la parte trasera) con papel de aluminio. Esto puede parecer extraño, pero tiene una lógica muy concreta: el aluminio actúa como una superficie antiadherente que impide que el hielo se fije con fuerza en el congelador. Además, ayuda a reflejar el frío de manera más uniforme.

Eso sí, hay que tener cuidado de no cubrir las salidas de ventilación o los sensores del electrodoméstico. El papel de aluminio se debe colocar sin arrugas, utilizando tiras o láminas bien ajustadas para evitar que interfieran con el funcionamiento del congelador.

Ventajas de este método

Más allá de la facilidad con la que se aplica este truco, lo realmente interesante es la cantidad de beneficios que ofrece el hecho de colocar bolas de papel albal en el congelador.

Una de las principales ventajas es que ayuda a reducir notablemente la formación de escarcha. El aluminio actúa como una superficie que dificulta la condensación de la humedad, especialmente en las zonas más propensas, como las esquinas o las paredes internas.

Éste pequeño gesto también contribuye al ahorro energético. Al evitar la acumulación de hielo, el congelador no necesita emplear tanta energía para mantener la temperatura constante.

Además, mejora la conservación de los alimentos. Un ambiente seco y libre de escarcha permite que los productos congelados mantengan mejor su textura y sabor.

Otro aspecto positivo es que facilita la limpieza. El hielo, en lugar de adherirse directamente a las paredes, se pega al papel de aluminio, lo que hace mucho más fácil retirarlo.

Consejos adicionales

Además del conocido truco del papel de aluminio, existen otros hábitos sencillos que puedes incorporar para mantener tu congelador funcionando de manera eficiente, especialmente durante los meses más calurosos del año.

Una recomendación básica es evitar sobrecargar el congelador. Cuando está demasiado lleno, el aire frío no puede circular correctamente entre los alimentos, lo que afecta la capacidad de enfriar de forma uniforme. Lo ideal es dejar espacios libres entre los productos para favorecer el flujo del aire.

También es fundamental asegurarse de que la puerta cierre correctamente. La goma que sella el congelador debe estar limpia y en buen estado, ya que cualquier fuga de aire frío puede generar humedad y forzar el funcionamiento del motor.

Otro consejo útil es no abrirlo con demasiada frecuencia. Cada vez que se abre, entra aire caliente y humedad del ambiente, lo que contribuye a la formación de escarcha.

Este truco puede parecer demasiado simple para ser efectivo, pero tiene una base lógica. El aluminio no impide la formación de hielo al 100 %, pero sí retrasa su aparición y facilita su eliminación. Su superficie refleja el frío y no permite que el agua se adhiera con fuerza, lo cual ya supone una gran ventaja.