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En este pueblo medieval viven sólo 600 habitantes y lo tiene todo: castillo, naturaleza y paisajes de cuento

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En el corazón de la Tierra de Campos, se encuentra Ampudia, un pequeño pueblo de la provincia de Palencia que apenas cuenta con 600 habitantes. Pero no dejes que su tamaño te engañe: este pueblo medieval alberga entre sus calles empedradas y casas de piedra siglos de historia, belleza arquitectónica y una autenticidad que ya es difícil de encontrar. Es uno de esos rincones que parecen detenidos en el tiempo.

Ideal para una escapada tranquila, este pueblo castellano combina lo mejor del turismo rural con un patrimonio que ha sabido resistir el paso del tiempo. Su aire sosegado, la hospitalidad de sus vecinos y una gastronomía auténtica, con productos de la tierra y recetas de toda la vida, hacen de Ampudia uno de esos secretos bien guardados que, una vez descubres, no quieres dejar de recomendar.

Un pueblo con alma medieval

Ampudia es un testimonio viviente del esplendor que un día tuvo. Su nombre ya aparecía en documentos medievales del siglo X, y su historia está estrechamente ligada a la nobleza, la religión y el poder territorial de la Edad Media. Fue villa de señorío, y por sus calles desfilaron tanto obispos como condes. Su importancia estratégica la convirtió en punto clave dentro de la Tierra de Campos, y esa relevancia histórica ha dejado huella en su arquitectura y en su urbanismo.

Lo primero que llama la atención al llegar a Ampudia es su trazado, con calles estrechas y perfectamente alineadas. Los soportales de madera que bordean algunas de sus vías principales, como la Calle Corredera, nos recuerdan que en otros tiempos el comercio local era vibrante; estas estructuras protegían del sol en verano y de la lluvia en invierno. Asimismo, muchas de las casas conservan escudos en sus fachadas, testimonio de linajes y familias importantes.

Un castillo de película 

El emblema indiscutible de Ampudia es su castillo, una fortaleza señorial del siglo XV que se encuentra en un excelente estado de conservación. Fue construido por la familia de los Almirantes de Castilla, y más adelante pasó a manos del conde Pedro de Ayala. De estilo gótico-militar, con elementos renacentistas, es uno de los castillos mejor conservados de la región.

Su silueta, con torres robustas y muros que desafían el tiempo, impresiona desde la distancia. Pero su interior es aún más fascinante: alberga una colección privada de arte, mobiliario y objetos antiguos propiedad de la familia Fontaneda, que adquirieron el castillo en el siglo XX. El edificio también fue escenario de películas como «El Cid» (1961), protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren, lo que aumentó su fama y atractivo turístico.

Templos que narran siglos de historia

Otro de los grandes tesoros de Ampudia es la Iglesia Colegiata de San Miguel, una imponente construcción gótica del siglo XV que sorprende por su altura y su elegancia. Se la conoce como «la Catedral de Campos», y no es para menos. Su torre es visible desde varios kilómetros a la redonda, y su interior alberga retablos, tallas y pinturas de gran valor histórico y artístico. El retablo mayor, de estilo barroco, es especialmente impresionante.

Además de la Colegiata, Ampudia cuenta con el antiguo monasterio del convento de San Francisco, hoy convertido en Museo de Arte Sacro, donde se exhiben piezas litúrgicas, esculturas y objetos religiosos de diferentes épocas. Este espacio es otro punto fundamental para entender la importancia que tuvo la religión en la configuración del pueblo y en su desarrollo social y cultural.

En sus calles también encontramos pequeñas ermitas y antiguos palacetes, cada uno con su propia historia, formando un conjunto urbano que ha sido merecidamente declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Gastronomía con sabor a tradición

Comer en Ampudia es sumergirse en los sabores más auténticos de la cocina castellana. Aquí no hay fuegos artificiales culinarios: hay platos honestos, elaborados con ingredientes de calidad y recetas transmitidas de generación en generación. Los productos de la tierra mandan, y eso se nota en cada bocado.

Uno de los platos estrella es el lechazo asado, cocinado en horno de leña, crujiente por fuera y tierno por dentro, servido con ensalada de la huerta y buen pan. También destacan las sopas castellanas, los guisos de legumbre (como las alubias o los garbanzos), y los embutidos tradicionales de la zona, que pueden encontrarse en muchos bares y tiendas locales.

No faltan los quesos artesanos y, por supuesto, el vino. Aunque Palencia no es tan conocida por sus caldos como otras provincias cercanas, la cercanía con la denominación de origen Cigales y la tradición vinícola de la comarca permiten disfrutar de vinos tintos y claretes sorprendentes.

En tiempos en los que todo parece correr demasiado, Ampudia ofrece la posibilidad de parar. De mirar alrededor. De escuchar el silencio. De redescubrir la riqueza de lo sencillo. Con apenas 600 habitantes, este pueblo medieval tiene más patrimonio, más alma y más encanto que muchas ciudades.