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La Torre Eiffel aumenta de tamaño todos los veranos: esta es la explicación de la ciencia

Torre Eiffel es más alta en verano
Torre Eiffel
Gemma Meca
  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Aumenta de tamaño la Torre Eiffel todos los veranos, existe una explicación de la ciencia que quizás te sorprenderá. Las personas que visitan París en verano pueden enfrentarse a uno de sus monumentos más importantes que ha acabado ganando protagonismo con el paso del tiempo. Este emblema de la ciudad del amor tiene una serie de elementos que van de la mano y que pueden acabar siendo una especie de novedad importante en todos los sentidos. Vamos en busca de una foto que dependiendo de la época del año en la que estemos puede ser más o menos alta.

Viajar a París es algo que casi todo el mundo hace una vez en la vida. Necesitamos descubrir un tipo de monumentos que son iconos. Cientos o miles de parejas se han comprometido bajo una Torre Eiffel que quizás nos ha dado muchas fotos de esas que ponen los pelos de punta. Es un monumento icónico que sin duda alguna simboliza el amor más destacado en estos días, en los que tenemos por delante una serie de viajes especiales, nada mejor para hacerlo que luchar contra lo que está por llegar.

Esta es la explicación de la ciencia sobre este fenómeno

La Torre Eiffel sufre las consecuencias del calor extremo que nos afecta a todos y que puede acabar siendo un paso más en favor de una serie de elementos que son una prueba directa de que la ciencia hace de las suyas. Nos guste o no, nos enfrentamos directamente a una serie de procesos que son naturales.

Dependiendo de los materiales usados en la construcción de esta torre o de cualquier otra, los efectos son espectaculares. Es decir, nos enfrentamos a estos cambios con base en una serie de elementos que son claves y que quizás hasta ahora nunca hubieras imaginado que pasaría.

Este monumento esencial de la vida de París directamente crece cuando suben las temperaturas, algo que quizás hasta ahora no habíamos tenido en cuenta y ahora lo podemos aplicar de la mejor manera posible. Podremos subir en este mes de agosto a una torre Eiffel más alta ahora que en el mes de diciembre.

Es una realidad científica que merece la pena que conozcamos, ya que es algo que se convierte en un atractivo más para llegar a París en invierno o en verano.

Aumenta de tamaño la Torre Eiffel todos los veranos

La propia página web de la Torre Eiffel es la que nos informa de lo que tenemos por delante con la ayuda de una serie de elementos que son fundamentales y que quizás descubramos ahora. La ciencia nos descubre por qué este monumento tiene en su base de fabricación el secreto de ese repentino crecimiento en verano.

Tal y como nos indica su página web: «En el momento de su inauguración para la Exposición Universal de París el 31 de marzo de 1889, la torre Eiffel, inicialmente llamada «La Torre de 300 metros», era la torre más alta del mundo con una altura final de 312 metros. Mantuvo con orgullo este récord hasta 1931. Aquel año fue destronada por el Empire State Building (381 metros). Desde entonces, la torre Eiffel ha ido creciendo aún más y ahora mide 330 metros gracias a las antenas que se fueron añadiendo sucesivamente en la cima, en 1957, 2000 y 2022, para la transmisión de radio y televisión. Por otra parte, puede que esto no sea todo..».

Siguiendo con la misma explicación: «Si la torre Eiffel sigue tan resplandeciente, se debe también a que sabe adaptarse a su entorno y ha sabido afrontar toda clase de condiciones climáticas: viento, frío, lluvia, nieve, heladas, altas temperaturas, etc. Como todos los metales, el hierro pudelado de su estructura tiene la particularidad de ser sensible a las variaciones térmicas, por lo que reaccionará a temperaturas altas en verano y a temperaturas bajas o incluso negativas en invierno. Cuando suben las temperaturas, es posible que la Torre crezca un poco. Se trata de un fenómeno físico natural llamado expansión térmica. El calor provoca un aumento de volumen que puede hacer que la torre Eiffel aumente unos milímetros. La expansión también hace que la Torre se incline ligeramente hacia el lado opuesto al sol. El sol solo «pega» en uno de los 4 lados de la Torre, creando así un desequilibrio con los otros 3 lados que permanecen estables, lo cual provoca que la Torre Eiffel se incline. Así, con la progresión del sol en el cielo, la parte superior de la Torre puede formar en un día soleado una curva más o menos circular de unos 15 centímetros de diámetro. Por el contrario, cuando el clima se enfría en invierno, la contracción térmica de la estructura metálica está en marcha, lo cual también puede hacer que pierda algunos milímetros. Hay que decir que estos cambios de estado son naturales e ínfimos, no ejercen ningún impacto en la solidez de la estructura y son absolutamente indetectables para los visitantes u observadores. Los vientos fuertes, en cambio, tienden a hacer que se tambalee o vibre un poco, sin ningún peligro para su estructura. Gracias a los ingenieros de la empresa Eiffel, con 20 años de experiencia en el diseño de viaductos metálicos, la Torre fue realmente rediseñada (formas y bordes curvos) para que el viento le afectase lo menos posible».

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