Ciencia
Carrera espacial

La sonda Parker Solar recibe los primeros datos tras atravesar la corona solar

Entre los elementos modernos para investigar nuestro universo cercano, está la llamada sonda Parker Solar. ¿Qué avances hay?

Los científicos observan el polo sur del sol

Por primera vez, una sonda toca el sol

Foto de un delfín en la superficie de Júpiter

  • Francisco María
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Por primera vez en la historia, una nave construida por la humanidad se ha atrevido a cruzar los límites de nuestra estrella. La Parker Solar Probe de la NASA acaba de enviar a la Tierra sus primeros datos tras haber atravesado la corona solar, esa región misteriosa y casi imposible de imaginar que envuelve al Sol como un velo incandescente. El logro no solo marca un hito tecnológico, sino que también acerca respuestas a preguntas que los científicos llevan formulando desde hace más de medio siglo.

Un viaje imposible que se volvió real

Cuando Parker despegó en agosto de 2018, su misión parecía sacada de ciencia ficción: acercarse más al Sol de lo que ningún otro ingenio había hecho. Cada órbita la fue empujando un poco más cerca, utilizando el tirón gravitacional de Venus como un freno cósmico. Cinco años después, esa estrategia la llevó directo a la corona.

Imagina una nave de apenas el tamaño de un coche compacto resistiendo un calor que derretiría cualquier otro objeto humano. Lo consigue gracias a un escudo térmico de carbono de apenas 11 centímetros de grosor, que mantiene los instrumentos a temperaturas relativamente soportables mientras afuera todo hierve a más de 1.300 °C.

La corona: un viejo enigma

Desde la Tierra, la corona solar solo se deja ver en los eclipses totales, cuando el disco brillante del Sol queda oculto y aparece esa aureola blanca y etérea. Pero detrás de su belleza se esconde un misterio que ha frustrado a generaciones de astrónomos: ¿cómo puede estar millones de grados más caliente que la superficie visible del Sol, la fotosfera?

Es como si uno se acercara a una hoguera y descubriera que el aire a dos metros quema más que las brasas. Algo extraño sucede allí: campos magnéticos que se doblan y reconectan, ondas invisibles que transportan energía, un plasma que parece vivir bajo sus propias reglas.

El cruce histórico

En abril de 2021, Parker finalmente se sumergió en esa región por primera vez, a solo 13 millones de kilómetros de la superficie solar. Ahora, tras meses de espera, los científicos recibieron la confirmación: la nave había dejado atrás el “viento solar libre” y había entrado de lleno en el dominio de la corona.

“Fue como atravesar una frontera”, explican los investigadores. La densidad de partículas cayó en picado, el campo magnético cambió de dirección y todo el entorno empezó a comportarse de manera distinta.

Qué encontró Parker ahí dentro

Los primeros resultados ya están dando de qué hablar:

¿Por qué importa?

Estos hallazgos no son solo curiosidad científica. Comprender la corona y el viento solar es vital para proteger nuestra tecnología. Las tormentas solares pueden alterar satélites, afectar GPS, interferir en comunicaciones e incluso dañar redes eléctricas enteras. Cada dato de Parker ayuda a mejorar los modelos que predicen este clima espacial.

Pero el impacto va más allá. Estudiar de cerca al Sol también nos da pistas sobre cómo funcionan otras estrellas del universo, ya que los procesos básicos son similares.

Lo que aún queda por venir

Parker todavía no ha alcanzado su límite. En los próximos años se acercará hasta apenas 6,2 millones de kilómetros del Sol, viajando a una velocidad de récord: unos 700.000 km/h. Cada paso más cerca promete nuevas sorpresas.

Quizás pronto podamos observar directamente cómo nacen las enormes eyecciones de masa coronal o entender con precisión cómo se acelera el viento solar desde la superficie.

Una gesta con nombre propio

El logro de Parker es también un homenaje a Eugene Parker, el astrofísico que en los años 50 predijo la existencia del viento solar cuando muchos de sus colegas lo tachaban de imposible. La misión lleva su nombre, y él mismo pudo ver el lanzamiento en 2018, poco antes de fallecer. Hoy sus teorías se confirman a bordo de la nave que inmortaliza su apellido.

Conclusión

Lo que la Parker Solar Probe está logrando es comparable a los grandes hitos de la exploración espacial. Igual que la llegada a la Luna cambió nuestra relación con el cosmos, cruzar la corona solar abre una ventana directa al corazón de nuestra estrella.

Y aunque queda mucho por descubrir, una cosa es cierta: con cada órbita, Parker nos acerca un poco más a comprender de dónde viene la energía que sostiene la vida en la Tierra.

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