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Regeneración de órganos: ¿cuánto falta para imprimir corazones?

¿Será posible en un futuro próximo la regeneración de órganos? Aquí te contamos algunos datos interesantes a tener en cuenta.

España líder en generación de órganos

Récord de trasplantes en España

Desarrollo de órganos en laboratorio

  • Francisco María
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Imagina que dentro de unos años pudiéramos reemplazar un corazón dañado como si fuera una pieza mecánica, imprimiéndolo con células vivas y materiales compatibles con tu cuerpo. Esa utopía está más cerca que nunca, gracias a los avances de la biotecnología y la ingeniería de tejidos, pero aún quedan pasos enormes por dar. El corazón no es solo un músculo: es una estructura compleja con cavidades, válvulas, vasos sanguíneos y sincronismo eléctrico. Y todo eso debe funcionar como un todo perfecto.

Lo que ya se está logrando

En las últimas décadas ha habido progresos notables. Los investigadores usan la técnica de bioprinting 3D, que permite “imprimir” estructuras con células vivas y andamiajes moleculares, para crear trozos de tejido cardíaco que laten en laboratorio.

También se han fabricado modelos de vasos sanguíneos, parches cardíacos y estructuras pequeñas que imitan el miocardio (el tejido muscular del corazón).

Un avance reciente destacado es el desarrollo en Stanford de herramientas para generar y 3D imprimir redes vasculares complejas (los “árboles vasculares”) que pueden distribuir sangre por todo un órgano impreso. Ese desafío de vascularización, es decir, distribuir oxígeno y nutrientes dentro del órgano es uno de los cuellos de botella más grandes.

Otras técnicas

En Irlanda también han logrado imprimir tejidos cardiorresistentes que cambian de forma gracias a las fuerzas generadas por las propias células, acercando un poco más las propiedades dinámicas del tejido real.

Otra técnica llamada FRESH bioprinting ha permitido generar estructuras cardíacas más complejas con colágeno y otros componentes, para imitar mejor las propiedades del corazón nativo.

Los estudios con células madre (iPSC, células pluripotentes inducidas) también muestran que podemos diferenciar millones de cardiomiocitos (células del músculo cardíaco) y usarlos como “tinta biológica” para imprimir tejido cardíaco funcional.

Los grandes obstáculos que quedan

Aun con estos avances, imprimir un corazón completo, con todas sus cámaras, válvulas, fibras musculares alineadas y red vascular integrada, es un reto monumental. Algunos de los obstáculos más críticos son:

¿Cuándo veremos un corazón impreso en pacientes?

No hay una fecha exacta, pero los expertos estiman que podrían pasar décadas antes de que un corazón impreso con plena funcionalidad llegue a trasplante humano. Las piezas de tejido pequeñas ya funcionan en investigación, los parches cardíacos podrían llegar primero, pero un órgano completo es un nivel superior. Algunos pronósticos sugieren que hacia mediados o finales del siglo XXI podríamos verlo, si los avances técnicos, de biología y regulación convergen.

Mientras tanto, lo que sí veremos antes son órganos impresos parciales, un parche, una válvula, un injerto vascular que complementen las terapias actuales y mejoren la calidad de vida.

Por qué no es ciencia ficción

Aunque suene a fantasía, muchos de estos avances son reales hoy. Las tecnologías de bioprinting evolucionan, los biomateriales mejoran y los modelos celulares están más avanzados que nunca. Las investigaciones de universidades y centros punteros muestran que no estamos partiendo de cero: estamos en una escalera.

Cuando ese día llegue, y llegará, imprimir un corazón podría convertirse en un procedimiento de ingeniería de tejidos, no en un acto mágico. No reemplazaría del todo la donación, puede que conviva con ella. Pero abrirá una nueva era en la medicina regenerativa.

Las ventajas de la impresión digital de órganos

Entre sus mayores ventajas está la de reducir la dependencia de donantes. Miles de personas en el mundo esperan un trasplante que a veces nunca llega. Si logramos imprimir órganos a partir de las propias células del paciente, podríamos eliminar esas largas listas de espera y, al mismo tiempo, evitar el rechazo inmunológico. Usar células autólogas —es decir, del propio paciente— permitiría que el cuerpo aceptara el órgano como si fuera suyo.

Otro punto fuerte es la personalización. Gracias a la impresión 3D, cada órgano puede diseñarse exactamente del tamaño, la forma y las características necesarias para su receptor. Además, estos tejidos pueden utilizarse para probar medicamentos o estudiar enfermedades sin recurrir a ensayos en humanos o animales, acelerando el desarrollo de tratamientos más seguros y eficaces.

Aún falta camino, pero las ventajas son tan claras que muchos expertos aseguran que la impresión de órganos no solo cambiará la medicina, sino también la esperanza de miles de personas.

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