Mucho más que tierras raras: Castilla y León tiene la única mina activa de este mineral crítico en Europa
Andalucía ya tiene su mapa de tierras raras
El CSIC confirma el hallazgo en Galicia de un nuevo mineral inédito
Zamora esconde yacimientos de tierras raras en dos comarcas
Los científicos no dan crédito: descubren qué pasa en tu cerebro cuando te quedas en blanco
Ni perros ni cucarachas: ésta es la raza que dominará la Tierra cuándo el ser humano desparezca, según la ciencia

En los últimos años, el término mineral crítico ganó mucho peso en la planificación industrial y energética de la Unión Europea. Dicho esto, la Comisión Europea actualiza cada tres años una lista que incluye elementos cuya escasez y relevancia económica los convierten en estratégicos para sectores como el tecnológico, el aeroespacial o el de la movilidad eléctrica.
Y cabe recordar, el suministro de estos materiales se considera prioritario en un contexto geopolítico en el que la dependencia de importaciones representa un riesgo. En este escenario, Castilla y León emergió como una comunidad con un inventario notable de este tipo de recursos. Algunos de ellos ya están siendo explotados, otros están en fase de estudio y hay varios sin desarrollo.
Castilla y León, el hogar de la única mina activa de este mineral crítico en Europa
La provincia de Salamanca alberga la única explotación activa en España y en Europa del wolframio, un mineral crítico clasificado como esencial por la Unión Europea. La mina, ubicada en el municipio de Barruecopardo, reactivó su producción en 2019 mediante un modelo de extracción a cielo abierto.
Cada año, la explotación produce aproximadamente 1,1 millones de toneladas de mineral, del cual se estima un contenido de 260.000 toneladas de óxido de wolframio. El resultado final de este proceso es un concentrado de scheelita (mena de este metal) de alta calidad, destinado a múltiples aplicaciones industriales.
Hay que destacar que este elemento es indispensable para sectores como el de defensa y el aeroespacial, debido a sus propiedades físicas. Dicho todo esto, no quedan dudas de que la existencia de esta mina convierte a Castilla y León en un punto singular dentro de Europa.
Otros recursos activos o con potencial en Castilla y León
Además del wolframio, existen otros minerales que refuerzan el papel estratégico de Castilla y León:
- Magnesio: se obtiene en la mina de magnesita situada en Borobia, provincia de Soria.
- Grafito: hay un proyecto en desarrollo en Segovia con estudios en curso para su futura extracción.
- Litio: si bien no hay producción actual, se identifican zonas con potencial, como el campo pegmatítico de Aldehuela de la Bóveda y la zona de La Barquilla.
En cuanto a yacimientos de litio, la última explotación activa se localizó en la Mina Feli, en La Fregeneda (Salamanca), clausurada en 2011. Desde entonces, se ha detectado interés por zonas que podrían reunir las condiciones para futuras explotaciones viables.
¿Hay otro mineral crítico por descubrir en Castilla y León?
La geología de la región permite también encontrar depósitos aún no explotados que contienen minerales como el niobio, el tántalo o el estroncio, todos ellos calificados como minerales críticos.
Zonas como Los Santos-Fuenterroble o Calabor presentan indicios de estos materiales en antiguas minas de estaño y wolframio.
Según datos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), buena parte de estos recursos está localizada en depósitos conocidos pero inactivos. Esto sugiere la necesidad de realizar estudios actualizados que evalúen su viabilidad económica bajo los parámetros actuales de demanda industrial.
Desafíos para la minería en Castilla y León
Uno de los aspectos que rodean a la minería de estos recursos es la percepción social.
En este sentido, la científica Susana Timón Sánchez, del IGME-CSIC en Salamanca, destaca que «aunque haya prácticas como el reciclaje que deben desarrollarse, sigue siendo necesario el aporte de la minería para satisfacer la demanda».
Señala también que la geología aún tiene pendiente mejorar su visibilidad pública, a pesar de su relevancia económica.
Para concluir, desde la perspectiva de Timón Sánchez, la minería «genera riqueza y empleo» y cumple con normativas europeas que exigen prácticas responsables y sostenibles. La posibilidad de investigar y eventualmente explotar estos recursos representa una vía para reducir la dependencia exterior.