Hallazgo que cuestiona el origen del Universo: esta estrella gigante explotó hace 11.400 millones de años
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El universo guarda secretos que desafían las teorías más aceptadas sobre su origen. Entre ellos, un reciente hallazgo ha dejado a la comunidad científica perpleja: una explosión estelar ocurrida hace más de 11.000 millones de años.
Gracias al telescopio James Webb, los astrónomos han captado la luz de esta explosión, un destello que ha viajado por el espacio durante eones. Pero este no es sólo un espectáculo luminoso; su análisis podría revelar pistas sobre cómo se formaron las primeras generaciones de estrellas en un universo donde los elementos esenciales aún eran escasos.
¿Por qué es tan importante esta estrella para entender el universo primitivo?
El evento estudiado, conocido como AT 2023adsv, marca un hito en la observación de supernovas. Este descubrimiento, parte del programa JADES (James Webb Advanced Deep Extragalactic Survey), permite explorar cómo las estrellas masivas influyeron en la evolución del cosmos en su etapa más temprana. Este tipo de explosiones ocurre cuando una estrella gigante agota su combustible nuclear, colapsa y libera una cantidad de energía descomunal.
Lo que hace única a esta supernova es su antigüedad y su intensidad, mucho mayor a lo que los científicos esperaban encontrar en el universo primitivo. Durante esa era temprana, el cosmos estaba compuesto casi exclusivamente por hidrógeno y helio, elementos que dieron lugar a estrellas colosales de vida corta.
Estas estrellas, al colapsar, produjeron explosiones violentas que sembraron el espacio con elementos como carbono, oxígeno y hierro, fundamentales para la formación de galaxias y sistemas planetarios.
Los investigadores estiman que la estrella progenitora de AT 2023adsv tenía unas 20 veces la masa del Sol y una metalicidad extremadamente baja. Este último factor habría permitido una explosión más violenta y luminosa que las supernovas actuales.
Las primeras estrellas gigantes
El hallazgo de esta supernova ofrece una oportunidad invaluable para comprender cómo las primeras estrellas, conocidas como Población III, transformaron el cosmos. Estas estrellas nacieron en un entorno químicamente primitivo, compuesto únicamente por hidrógeno y helio, los elementos más simples del universo.
Cuando estas gigantes alcanzaban el final de su vida, sus explosiones no sólo iluminaban el espacio, sino que también enriquecían las nubes de gas circundantes con elementos pesados. Este ciclo de formación y destrucción, repetido durante miles de millones de años, allanó el camino para la formación de galaxias complejas y planetas como la Tierra.
Lo fascinante de AT 2023adsv es que su energía parece duplicar la de las supernovas modernas, lo que indica que estas primeras explosiones fueron mucho más poderosas de lo que se creía.
El impacto de este descubrimiento en el origen del universo
Observaciones como las realizadas en el programa JADES han permitido detectar más de 80 supernovas en el universo temprano, una cifra que promete seguir creciendo con futuros telescopios, como el Nancy Grace Roman, programado para lanzarse en 2026.
Según Takashi Moriya, miembro del equipo de investigación, «estos descubrimientos son esenciales para analizar cómo las explosiones estelares evolucionaron con el tiempo y cómo influyeron en la distribución de elementos en el universo».
Además, este hallazgo tiene implicaciones para entender fenómenos mayores, como la reionización del universo, un periodo crítico en la historia cósmica que marcó el final de la «edad oscura».