Ciencia
Descubrimientos

Una flota de robots con IA descubren bajo el océano una masa biológica que pesa como 3 millones de ballenas azules

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

En el fondo marino siguen apareciendo cosas increíbles, pero lo que acaban de encontrar los científicos en el océano sería impensable sin el uso de inteligencia artificial (IA).

Gracias a una red de robots submarinos con inteligencia artificial, un equipo canadiense ha podido cuantificar una gigantesca masa biológica oculta en el océano profundo.

El hallazgo es de fitoplancton, una biomasa tan colosal que su peso equivale al de tres millones de ballenas azules, lo que obliga a revisar el papel real de los microorganismos marinos en el equilibrio del planeta. El trabajo se ha basado en los datos publicados en el estudio Carbon-centric dynamics of Earth’s marine phytoplankton.

El increíble hallazgo en el fondo del océano que equivale al peso de 3 millones de ballenas

Los resultados obtenidos apuntan a la existencia de unas 346 millones de toneladas de fitoplancton distribuidas en la columna de agua oceánica, muchas de ellas en zonas que hasta ahora escapaban a la observación directa.

Traducido a una escala más comprensible, esa cantidad de biomasa equivale al peso de unos tres millones de ballenas azules, los animales más grandes que han existido en la Tierra.

El fitoplancton está formado por organismos microscópicos que flotan en el agua y constituyen la base de toda la cadena alimentaria marina. Además, desempeñan una función clave en la regulación del clima, ya que participan en la producción de oxígeno y en la captura de dióxido de carbono mediante la fotosíntesis.

Uno de los grandes problemas históricos era que los satélites sólo podían observar lo que ocurría en la capa más superficial del océano. Por lo que gran parte de la actividad biológica quedaba fuera de su alcance, especialmente en las capas medias y profundas.

Gracias a esta nueva tecnología, ha sido posible cubrir ese vacío y obtener una visión mucho más completa del volumen real de fitoplancton que existe en el planeta.

Cómo trabajan los robots con IA para estudiar el fondo del océano

La investigación se ha apoyado en una flota de 903 flotadores autónomos integrados en la red internacional BGC-Argo (Biogeochemical-Argo). Estos robots descienden de forma periódica a varios cientos de metros de profundidad, y recorren verticalmente la columna de agua para recoger datos físicos y biogeoquímicos.

Algunos creen que la IA sólo sirve para que los niños copien en el colegio, pero estudios de este tipo demuestran su poder. Además, cada dispositivo incorporaba sensores capaces de medir aspectos clave:

Estos parámetros permiten calcular el estado del ecosistema marino, su productividad biológica y cómo varía la actividad del fitoplancton según la profundidad, la latitud o la disponibilidad de nutrientes.

La integración de inteligencia artificial en estos sistemas ayuda a optimizar la recogida de datos y a interpretar grandes volúmenes de información en tiempo real, incluso en zonas remotas donde no existe presencia humana constante.

Es precisamente esta red robótica la que ha permitido detectar patrones, que hasta ahora permanecían ocultos bajo la superficie del océano.