Ciencia
Una impresión comestible que evitará posibles equivocaciones

El futuro de la farmacia: códigos QR en forma de medicamento

A todos nos ha pasado. Te levantas una mañana con más sueño que el Pokémon Snorlax y no eres dueño de la mitad de tus actos. La tediosa rutina se apodera de tu cuerpo y los minutos se hacen segundos. Cuando te quieres dar cuenta, ya es la hora de irte a trabajar y no te has tomado las pastillas de cada día, entonces llega el momento. La equivocación a la hora de tomar los medicamentos se produce y pierdes mucho tiempo buscando cuál era el del martes y cuál el del miércoles. Pues bien, este angustioso momento parece tener sus días contados gracias a una novedosa investigación que planea instaurar la ingestión de medicamentos a partir de códigos QR comestibles. Increíble pero cierto. Te lo contamos.

Código curativo

Solo se necesita el móvil para saber todos los datos acerca del medicamento

Existen todo tipo de formas de tomar un medicamento. Cápsulas, píldoras, gel, líquidos, polvo… Todas ellas algo confusas para aquellas personas que no suelen prestar mucha atención a los consejos del médico. La producción de medicamentos se realiza en masa, muy pocos son los fármacos adaptados a una persona en concreto. Por eso, un grupo de investigadores de las universidades de Copenhague y Åbo Akademi, dirigidos por Jukka Rantanen, han creado una novedosa solución que está revolucionando el sector farmacéutico: el código QR comestible. 

Parece una broma, pero los estudiosos han conseguido crear un material sobre el que puede imprimirse el medicamento en forma de código QR. La idea de todo este proyecto es que el paciente logre establecer de forma adecuada el fármaco que debe tomarse cada día, así como la dosis y la composición total del mismo. Para identificar el medicamento en cuestión solo se necesita realizar una fotografía con el móvil. A partir de este momento, el sistema es capaz de decir qué es y cuál es la cantidad de fármacos que contiene. Sin duda, una herramienta muy útil para evitar el consumo de medicamentos inadecuados o caducados. “Si tenemos éxito aplicando este método de producción a impresoras relativamente simples, podríamos comenzar con la producción de fármacos para medicina personalizada y repensar de toda la cadena de suministro”, explica Rantanen.