La existencia de Jesucristo según una parte de la ciencia
La existencia de Jesucristo ha suscitado no pocas polémicas religiosas. Pero, curiosamente, también lo hace entre la comunidad científica. ¿Existió realmente la figura histórica? ¿Quién fue este hombre? Es más, ¿fue un invento, o no fue tanto como la Iglesia Católica considera?
Lo cierto es que tanto científicos como estudiosos y eruditos han investigado el tema, pues desconfían de las fuentes bíblicas, todas ellas escritas en tiempos bastante posteriores a la época en que vivió esta figura histórica.
Entonces, ¿qué pasó realmente? El único que realiza una historia cronológica es San Pablo, pero más en referencia a la figura mitológica que a la del ser humano. Además, tampoco la Biblia aporta mucha información sobre su vida entre los 12 y los 30 años.
Por eso, la ciencia ha buscado otro tipo de fuentes que considera más fiables que las religiosas. Es cierto que se ha perdido mucho desde entonces, pero, según se sabe, tan solo historiadores romanos como Tácito aluden a su figura en sus escritos, y lo hace, igual que el propio Nuevo Testamento, muchos años después de su supuesta muerte.
Ideas sobre la existencia de Jesucristo
Así pues, no son pocos los investigadores, científicos e historiadores que han elucubrado diversas teorías al respecto. Especialmente duro es, por ejemplo, Richard Carrier, quien afirma que nunca existió, y que su nombre es más bien un mito religioso, como pudo ser Edipo o Hércules. De hecho, considera que pudieron ser los propios cristianos quienes añadieron su figura a los escritos de Tácito tiempo después.
Otro de los estudiosos al respecto es Bart Ehrman. Para este investigador, faltan muchas fuentes. Por ejemplo, le resulta extraño que ningún autor pagano aluda a su figura, cuando sabemos que los romanos prácticamente dejaban todo por escrito.
En una sociedad muy estructurada y sumamente burocratizada, es extraño que no quede documento alguno de su existencia en su tiempo, como transcripciones del juicio, certificados de muerte, referencias en escritos, etc.
No obstante, las teorías más radicales salen de las investigaciones de autores como David Fitzgerald o Reza Aslan. Para ellos, la figura de Jesús fue un invento romano creado para mitigar las constantes revueltas de los zelotes en la zona de Judea y Jerusalén.
En el año 66 d.C. hubo una enorme revuelta que requirió del traslado de 60.000 soldados romanos para su represión. Así pues, dado que el pueblo judío no quería pagar impuestos ni aceptar el dominio del imperio, comenzaron una especie de guerra psicológica que anunciaba de un antiguo mesías que hablaba de la palabra de Dios que era paz y pacifismo.
De esta forma pretendían pacificar la zona, que constantemente sufría rebeliones en espera de un mesías guerrero, así que ofrecieron otro que se adaptaba mejor a sus necesidades e hicieron correr el rumor.
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