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¿Existen rocas que se mueven solas?

El estudio de las rocas que se mueven nos enseña la importancia del método científico. ¿Existen rocas que se mueven solas?

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  • Francisco María
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Las piedras navegantes, también conocidas como piedras deslizantes o piedras móviles, son un fenómeno geológico fascinante. Consiste en que rocas de diferentes tamaños se mueven por sí solas, dejando largas trazas en el suelo sin intervención humana o animal.

¿Existen rocas que se mueven solas? La naturaleza es un escenario repleto de maravillas y fenómenos que a menudo nos dejan asombrados. Uno de estos fenómenos se encuentra en el Valle de la Muerte, en California, donde existen rocas que parecen moverse por sí solas, dejando un rastro en la arena. Este misterio ha capturado la atención de científicos, turistas y curiosos de todo el mundo. Pero, ¿qué hay detrás de este enigma? ¿Es posible que las rocas se

Como hemos visto, el sitio más famoso es Racetrack Playa, ubicado en el Valle de la Muerte, California, Estados Unidos. Allí, las huellas dejadas por las rocas son especialmente notables debido a su cantidad y longitud.

Las rocas del Valle de la Muerte

Durante décadas, el extraño fenómeno de las rocas que se mueven solas en el Valle de la Muerte, ubicado en el desierto de Mojave en California, ha desconcertado a la comunidad científica. Dejan surcos visibles en el suelo sin una fuerza externa que las impulse.

Este fenómeno fue descrito por primera vez en 1948, y desde entonces ha sido observado en rocas de todos los tamaños. Curiosamente, los movimientos de las piedras parecen ser paralelos entre sí. Así mismo, cambian de dirección de manera coordinada, como si respondieran a un patrón común.

Sin embargo, no se desplazan de manera continua. Alternan entre largos periodos de quietud, que pueden durar años, y breves fases de movimiento, donde alcanzan velocidades de hasta 6 metros por minuto (0,36 km/h).

Características de las rocas

Las huellas que dejan las rocas móviles suelen conservarse durante tres o cuatro años. Las rocas con base angulosa tienden a dejar trazas rectas y estriadas, mientras que aquellas con bases lisas dejan marcas más sinuosas. Así mismo, pueden volcarse durante su movimiento, lo que causa que dejen diferentes tipos de huellas.

Las trazas de las piedras varían en orientación y longitud. Es común que piedras que comienzan su recorrido juntas sigan trayectorias paralelas, aunque algunas se desvían en distintas direcciones o incluso retroceden. La longitud de las huellas y la dirección de las piedras pueden diferir significativamente entre sí

La mayoría de las piedras que participan en este fenómeno provienen de un promontorio de 260 metros de altura situado en el extremo sur de Racetrack Playa. Estas piedras son principalmente dolomías negras y rocas ígneas intrusivas.

¿Por qué se mueven?

Las rocas, algunas de las cuales pesan hasta 300 kilogramos, no podían ser movidas tan fácilmente por el viento. En 2014, un equipo de científicos liderado por el geólogo Richard Norris decidió investigar más a fondo este misterio. Utilizando tecnología de seguimiento por GPS, lograron documentar el movimiento de las rocas en tiempo real. Sus observaciones revelaron que las rocas se movían de manera muy lenta, pero constante, en condiciones específicas de temperatura y humedad.

En los primeros intentos por explicar este fenómeno, se especuló sobre la intervención de fuerzas sobrenaturales. Después, se propusieron diversas hipótesis.

Una de las primeras sugirió que remolinos de arena podrían causar el fenómeno. Para probar esta teoría, se realizaron varios experimentos. Se descubrió que solo era posible mover rocas pequeñas si la velocidad del viento superaba los 20 metros por segundo y la superficie del suelo estaba húmeda.

Otra teoría señalaba que la presencia de tapetes de algas podría reducir la fricción, facilitando el desplazamiento de las rocas cuando había vientos fuertes. Sin embargo, el suelo del Valle de la Muerte está seco la mayor parte del año. Además, algunas de las rocas son tan pesadas que serían necesarios vientos de hasta 80 metros por segundo para moverlas, incluso en estas condiciones.

La resolución del misterio

En 2014, un equipo de investigadores liderado por el profesor Richard D. Norris, del Instituto Scripps de Oceanografía de La Jolla, California, logró observar por primera vez el fenómeno en acción. Sus hallazgos sorprendieron a la comunidad científica, ya que ninguna de las teorías anteriores se confirmó.

El estudio reveló que el movimiento de las piedras ocurre no durante la formación de grandes placas de hielo por las noches invernales, sino cuando estas comienzan a derretirse al amanecer. En este momento, la superficie del suelo permanece encharcada y cubierta por finas capas de hielo, de apenas unos milímetros de grosor, que se empiezan a fracturar.

Los ligeros vientos matutinos empujan las rocas congeladas, que se deslizan debido a la fricción casi inexistente entre las capas de hielo embebidas en el agua. Estos movimientos pueden durar hasta 16 minutos, según lo reportado en el estudio publicado en la revista PLoS ONE.

A través de la observación, la experimentación y la formulación de hipótesis, los investigadores han logrado desentrañar un misterio que, durante mucho tiempo, había desconcertado a la humanidad. Este es un claro ejemplo de cómo la curiosidad y la ciencia pueden trabajar de la mano para revelar la verdad detrás de los fenómenos naturales.

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