Este continente se está separando más rápido de lo que pensaban: los expertos y las consecuencias son fatales
Bajo el suelo de África Oriental actúa una de las fuerzas más poderosas de la Tierra: la tectónica de placas. Este proceso, invisible en la mayor parte del tiempo, está estirando y resquebrajando la corteza terrestre, y dentro de varios millones de años podría partir el continente africano en dos. El escenario de este fenómeno geológico es el Gran Valle del Rift, una fractura de casi 5.000 kilómetros de longitud que atraviesa los siguientes países: Burundi, Eritrea, Etiopía, Kenia, Malaui, Mozambique, República Democrática del Congo, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda, Yibuti, Zambia, Zimbabue.
Este sistema de fallas está dividiendo lentamente la placa africana en dos bloques: la Placa Nubia, que incluye la mayor parte del continente; y la Placa Somalí, que se está desplazando muy despacio hacia el este. La velocidad de separación es de apenas entre y dos y cinco centímetros al año, pero en la escala geológica, es suficiente para reconfigurar el mapa mundial. Christopher Scholz, geofísico de la Universidad de Syracuse, lo resume así: «El Rift de África Oriental nos da un asiento en primera fila para ver cómo los continentes se rompen y los océanos nacen».
El continente africano se está partiendo en dos
Aunque el tema haya ganado notoriedad en los últimos años, según los registros geológicos, la separación de África empezó hace unos 30 millones de años, en la región del Afar, al noreste de Etiopía. En el resto del Rift, hacia el sur, el proceso es más incipiente.
En Etiopía, en 2005, un terremoto abrió una grieta de 60 kilómetros en apenas unos días, desplazando el terreno dos metros de golpe. Otros países del Rift, como Tanzania o Mozambique, también han registrado temblores recurrentes y actividad volcánica
Si la separación continúa, en cinco a diez millones de años la depresión del Rift podría llenarse con aguas del Mar Rojo y el Golfo de Adén, dando lugar a un nuevo océano. El este de África (incluyendo partes de Etiopía, Somalia, Kenia, Tanzania y Mozambique) se convertiría en una gran isla, similar a Madagascar.
Los científicos comparan este escenario con lo que ocurrió hace unos 180 millones de años, cuando se separaron África y Sudamérica, formando el océano Atlántico.
La geóloga Lucía Pérez Díaz afirma lo siguiente en la revista científica The Conversation: «La actividad a lo largo de la rama oriental del Valle del Rift, que corre a lo largo de Etiopía, Kenia y Tanzania, se hizo evidente cuando la gran fisura apareció repentinamente en el suroeste de Kenia. Cuando se quiebre, un nuevo océano comenzará a formarse y, en un período de decenas de millones de años, el lecho marino avanzará a lo largo de toda la grieta. El océano se inundará y, como resultado, el continente africano se hará más pequeño y habrá una gran isla en el Océano Índico compuesta por partes de Etiopía y Somalia, incluido el Cuerno de África».
Consecuencias
«Las consecuencias a largo plazo son tan asombrosas como difíciles de imaginar. Si el Rift sigue su curso, y todo indica que así será, dentro de decenas de millones de años el océano se infiltrará por la fractura, empujado por el magma que brota desde las profundidades. África, entonces, no será como la conocemos: perderá su «hombro oriental» y dará paso a una nueva masa de agua que dividirá el continente, dejando a Etiopía, Somalia y partes del Cuerno de África convertidas en una vasta isla rodeada por un nuevo mar, recoge National Geographic.
El Rift del continente africano permite a la ciencia observar en directo las fases de un fenómeno geológico único. Cabe recordar que hace más de 200 millones de años, África, Sudamérica, la India, Australia y la Antártida formaban parte de un único supercontinente: Gondwana. Su fractura dio lugar a los océanos que hoy conocemos.
Como resume un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos: «El Rift de África Oriental es uno de los pocos lugares en el mundo donde podemos observar un océano en proceso de nacer».
Un planeta en movimiento
África nos recuerda una lección fundamental: los continentes no son estáticos. En la región conocida como el Rift de África Oriental, las placas tectónicas están «tirando» en direcciones opuestas, y la ciencia anticipa que un día existirá un nuevo océano. Lo que hace único a este fenómeno es la posibilidad de observarlo en tiempo real. En 2018, por ejemplo, una enorme fisura apareció de repente en Kenia, dividiendo campos de cultivo y carreteras.
África se está partiendo en dos. Puede que dentro de 10 o 50 millones de años, pero el proceso seguirá su curso, como lo ha hecho siempre. «Éste es el único lugar en la Tierra donde puedess estudiar cómo la grieta continental se convierte en una grieta oceánica. A medida que recibimos más y más mediciones del GPS, podemos tener una idea mucho mayor de lo que está sucediendo», dijo Christopher Moore, Ph.D. estudiante de doctorado en la Universidad de Leeds en el Reino Unido a NBC News.
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