Ansiedad y depresión, una peligrosa combinación para la ciencia
La ansiedad y la depresión atendidas a tiempo se controlan, pero si dejas que avancen te impedirán vivir una vida feliz.
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La ansiedad es un trastorno psicológico caracterizado por una percepción deformada de la realidad. Las personas que sufren este trastorno suelen vivir preocupaciones extremas por amenazas futuras. Exageran estas amenazas y pierden el sentido de la realidad.
Esta forma de percibir el mundo y la vida, provoca un estado de angustia y nerviosismo que afecta a la persona y la hace infeliz.
Síntomas de la ansiedad
Si bien todo el mundo está ansioso en algunos momentos de su vida, antes de que esta ansiedad se instale y se haga crónica, es necesario iniciar un tratamiento.
La persona que padece ansiedad es fácilmente irritable, lo que provoca dificultades con la gente de su entorno. Tiene problemas en su trabajo, con su familia y amigos. También puede experimentar ataques de pánico, en los que siente que va a morir.
Al paciente le cuesta dormirse y no está bien en ninguna parte. Siente miedo por todo, percibe consecuencias futuras siempre negativas de lo que hace, desconfía de todos y de todo.
Estos síntomas indican que el trastorno de ansiedad está consolidándose.
Ansiedad y depresión: una pareja peligrosa
Las personas que padecen ansiedad son propensas a la depresión. Las frustraciones y el permanente estado de negatividad y de disconformidad en el que viven provocan tristeza y un estado de ánimo muy bajo.
También ocurre la relación inversa. Las personas depresivas desarrollan estados de ansiedad. Son dos trastornos psicológicos que están frecuentemente asociados.
Lo cierto es que depresión y ansiedad son una combinación peligrosa para la persona. Los profesionales de la salud mental consideran que si no se las trata a tiempo, pueden profundizarse los trastornos y llegar a estados psiquiátricos graves e incluso al suicidio.
¿Ansiedad y depresión constituyen una amenaza para la ciencia?
Los investigadores científicos viven en una especie de burbuja en la que es constante la exposición a la ansiedad y a la depresión. La competitividad, la desesperación por llegar primero a un descubrimiento, la frustración ante los fracasos en el camino, envuelven constantemente a los investigadores.
Las estadísticas dicen que el 40% de los científicos presentan síntomas de ansiedad y depresión. Un porcentaje seis veces mayor que la población en general. Estos resultados surgen de una encuesta realizada a más de 2000 estudiantes de doctorado en 26 países. Fueron publicados en la revista Nature Biotechnology.
El estrés y la presión en estos tiempos es cada vez mayor, pues detrás de un científico suele haber un inversor que quiere multiplicar su dinero. Esta presión se transforma en una obsesión en el científico. Le provoca ansiedad y con ella viene la depresión, muchas veces causada porque no logra compatibilizar su vida en el laboratorio con la vida familiar.
¿Es esto una amenaza para la ciencia? Hay opiniones que afirman que sí. La realidad hasta ahora no refleja eso. Lo cierto es que los profesionales de la salud mental consideran que las universidades deberían insistir mucho en sus estudiantes acerca del cuidado de su salud mental y del equilibrio en la vida profesional.
¿Te sientes identificado con los síntomas que hemos descripto? Si es así, tanto si te has dedicado a la ciencia como si desempeñas cualquiera otra actividad, consulta a un profesional.
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