Templo del tigre: ¿es medicinal la carne de este animal?
Uno de los lugares más visitados y polémicos de Tailandia fue el Templo del tigre. Un espacio supuestamente sagrado a más de 150 kilómetros de Bangkok en el que unos monjes convivían con más de 140 de estos animales.
Sin embargo, la polémica siempre acompañó al lugar. Los monjes cobraban entrada a los turistas, y también tenían tarifas estipuladas por las fotografías que se hacían. Además, había diversas denuncias de ONGs y asociaciones por malos tratos a los animales y por tráfico de estos.
Así pues, el culmen llegó en el año 2016, cuando las autoridades cerraron el recinto tras encontrar más de 40 crías de tigre congeladas. Este fue el momento en que se confiscaron los 147 tigres que allí vivían y se clausuró el templo – negocio tailandés.
Ahora bien, si había tráfico ilegal de tigres, ¿cuál era el motivo? Muy simple, según la medicina tradicional china, la carne de este animal es curativa. Pero, ¿hay algún tipo de base científica para esto?
El Templo del tigre podía traficar con carne de este animal
Si una de las fuentes de ingresos del Templo del tigre era el uso de la carne para fines medicinales, es importante saber si esto es así o no. Sin embargo, lo cierto es que este animal está en grave peligro de extinción, y no solo por sus supuestas cualidades curativas.
No obstante, a día de hoy se sabe que no hay nada especialmente curativo en este animal. A pesar de que se usan sus dientes, sus bigotes o sus ojos, no hay estudios que afirmen que estas partes del tigre sirven para curar enfermedades graves como la epilepsia o las migrañas.
Se tienen textos con más de 1000 años de antigüedad que afirman que los huesos de tigre promueven la curación y la recuperación de energías corporales debido a sus propiedades antiinflamatorias.
También se venden productos como bálsamos de tigre rojo para aliviar las migrañas a través de un supuesto efecto refrescante. Además, la garra se utiliza para el insomnio, los dientes para la fiebre y la grasa para curar el reumatismo o la lepra.
De hecho, aprovechan prácticamente todo, desde los ojos hasta la cola, pasando por la bilis, el cerebro, los bigotes, el pene e incluso la bilis o las heces. No obstante, no se ha demostrado científicamente ninguna de sus propiedades. Además, cualquiera de sus efectos supuestos puede ser perfectamente sustituido por otros tratamientos menos agresivos con el mundo animal, como por ejemplo, las especias.