La acción de los fármacos mejora con la escucha de estas armonías

Descubren que la música clásica podría mejorar el efecto de los medicamentos

música clásica
Un estudio de la São Paulo State University

De todos es conocido que la música clásica se presenta al mundo como ese sonido armonioso que consigue calmar hasta a la persona más nerviosa consiguiendo que entre en un estado de paz absoluto. Relajar, calmar, reflexionar, disminuir los niveles de estrés… Muchas son las cualidades que puede llegar a generar la música clásica, lo que no sabíamos es que pudiera tener efectos en el ámbito científico. Un novedoso estudio asegura que escuchar este tipo de música puede potenciar la acción de algunos medicamentos. Increíble ¿verdad?

Una armonía necesaria

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Banda en plena actuación

Un grupo de investigadores de la São Paulo State University ha dado a conocer los datos de un peculiar estudio que dejado de piedra a gran parte de la comunidad científica. Según las investigaciones, publicadas en Natureescuchar música clásica tiene la capacidad de de potenciar la acción de algunos medicamento, concretamente de aquellos tratamientos aplicados a pacientes hipertensos.

Todo se basa en el sistema nervioso parasimpático, un mecanismo que se ve altamente alterado cuando nuestro oído escucha las armonías que produce la música clásica. Se trata del sistema que se encarga de estimular las acciones que permiten mantenernos en estado de calma. Entre los aspectos destacados de este método destaca la desaceleración de los latidos del corazón o la bajada de los niveles de adrenalina de la sangre. Pues bien, la música es capaz de alterar el ritmo del sistema parasimpático generando así una sensación de tranquilidad total del organismo.

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El violín es uno de los instrumentos más comunes de la música clásica

Para demostrar sus hipótesis, los investigadores realizaron un experimento en el que contaron con 37 pacientes con tratamiento para evitar las subidas de tensión. El primero de los días, los pacientes escucharon música clásica en unos auriculares al mismo tiempo que seguían los plazos del tratamiento. Sin embargo, el segundo día tomaron los medicamentos como solían hacerlo de forma convencional. Los resultados fueron impresionantes. Obviamente, en ambos casos hubo una reducción de la presión arterial y el ritmo cardíaco, no obstante, esta sensación fue mucho mayor el día que escucharon música clásica. 

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